miércoles, 30 de noviembre de 2011

CHUCK NORRIS EN: INVASIÓN A LOS ESTADOS UNIDOS

TÍTULO ORIGINAL: Invasion U.S.A.
AÑO: 1985
DURACIÓN: 107 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Joseph Zito
GUIÓN: James Bruner, Chuck Norris (Historia: James Bruner, Aaron Norris)
MÚSICA: Jay Chattaway
FOTOGRAFÍA: João Fernandes
REPARTO: Chuck Norris, Richard Lynch, Melissa Prophet, Billy Drago, Alexander Zale, Alex Colon, Eddie Jones, Jon DeVries, James O'Sullivan
PRODUCTORA: Cannon Films
GENERO: Acción.

Corría el año de 1985, la guerra fría se encontraba en pleno apogeo y mientras Sylvester Stallone recaudaba millones y millones de dólares en las salas de cine de todo el mundo con su patriotera Rocky IV (id. 1985) y demostraba que era casi un superhéroe del cine de acción por ir directamente a las entrañas de la Unión Soviética (por lo menos de forma ficticia) para derrotar al campeón nacional de boxeo ruso Iván Drago (Dolph Lundgren), Chuck Norris tal vez el tipo más rudo que existe en la faz de la tierra (es el único sujeto en el universo que al jugar Monopoly hace que la economía del mundo se vea alterada), con menos presupuesto, jajaja, defendía a la nación norteamericana en la entretenida, jocosa y no menos prosaica Invasión a los Estados Unidos, cinta en la cual el hombre de mirada impenetrable y barba pétrea tiene que vencer a centenares de rusos que ingresan al país de las barras y las estrellas para sembrar el terror (y unas cuantas risas, jajaja) para tratar de desestabilizar el american way of life de sus ciudadanos que entre la comida de los McDonalds y el consumismo desmedido habitan felices.

La historia es la siguiente, Matt Hunter (Norris) un ex agente de la CIA, o ex Seal, o ¿ex agente del FBI? la verdad su servidor no lo recuerda bien pero siendo honesto ¿a quien carajo le importa pues el bueno de Chuck va a partir caras a diestra y siniestra de todas formas (jajaja), el hecho es que Hunter vive apaciblemente en una cabañita junto a los pantanos del sur de Miami, ahí su vida se resume en cazar cocodrilos, llevar leña al hogar donde vive con un anciano amigo y llevar su camisa de mezclilla abierta a la mitad del pecho para que el calor no le afecte. Sin embargo todo esto cambiara cuando un temible enemigo de antaño llamado Mikhail Rostov (genérico Richard Lynch) planee una invasión a Estados Unidos no sin antes quitar del camino al mismísimo Hunter y vengarse de una vez por todas de el, pues gracias a éste el malvado villano no puede conciliar el sueño por las noches ya que una horrible pesadilla siempre lo trastorna, esta horrible opresión es cuando aparece Hunter encañonando a Rostov  en la sien diciéndole que todo acabo para el y cuando esta a punto de jalar del gatillo mejor se despierta (la verdad que si a su servidor Chuck Norris también le pusiera una pistola en la sien tampoco podría dormir, jajaja).

Total que cierta noche un agente del gobierno va en busca de Hunter para pedirle que regrese a la acción ya que tienen información de que Rostov ha ingresado al país y como las agencias gubernamentales no saben que planea hacer el terrorista por eso han acudido al héroe para que lo detenga, empero al duro de Matt parece no importarle ni un cojón esto y solo se limita a escupir esta acojonante frase “en su momento no me dejaron matar a Rostov, ahora es su problema” (jajaja). Acto seguido el agente se retira con la cola entre las patas y Hunter sigue con su tranquila vida, hasta que nuestro genérico villano ruso se entera de la ubicación de nuestro protagónico y decide ir a eliminarlo de una vez por todas con un montón de achichincles (pues solito siente algo de miedo, jajaja) para que no le vaya echar a perder sus planes (y pueda dormir placenteramente todas las noches como un niño, faltaba más) es por este motivo que aproximadamente 10 fulanos abren fuego con metralletas y lanza misiles a la cabañita del héroe destruyéndolo todo (menos a Hunter por supuesto), pero esto no es lo que hace encabronar al duro de Matt, ¡no señores!, lo que le llena de piedras el buche es que al intentar eliminarlo, mataron a su amigo, el anciano buena onda con el cual vivía.

Es en esos momentos que Matt Hunter decide dejar de lado su filosofía Zen y emprende la difícil tarea de cargarse por fin a Mikhail Rostov para primeramente vengar la muerte de su amigo y segundo, eliminar al mayor número de rusos posibles cuando estos intenten apoderarse de los Estados Unidos. Como podrán darse cuenta estimados lectores del blog, el argumento de esta cinta que protagonizara Chuck Norris y dirigiera Joseph Zito, por cierto realizador de joyitas como Escorpión Rojo (1989) su última cinta que protagonizara Dolph Lundgren y  Desaparecido en Combate de 1984 de nuevo con Norris, es netamente producto de su época, tiempo en el cual los nortemaricanos y su presidente Reagan veían al comunismo y al pueblo soviético como enemigos potenciales (jajaja, lo que pasa es que no les gustaba que otros también contaran con armas nucleares), de ahí que varias cintas y protagonistas se dedicaran a exaltar los valores patrioteros norteamericanos.

Y es que si uno lo analiza, el guión de Invasión a los Estados Unidos (que por cierto firmará el hermano menor de Chuck, Aaron Norris) es un cúmulo de tópicos y situaciones imposibles las cuales aunque las hubiera filmado un director con más pericia visual e inteligencia narrativa (como un John McTiernan por poner un ejemplo) de todos modos seguiría siendo un churro; sin embargo es esa nimiedad del argumento, la representación visual de una violencia exagerada, lo políticamente incorrecto de su discurso (los negros y los latinos son el mal de la nación norteamericana) y por supuesto la uní dimensionalidad de sus personajes, causa que este churro (y placer culpable de su servidor) funcione y hasta guarde cierto encanto. 

Por tal motivo si el respetable analiza los nuevos productos del género de acción no logran funcionar por varios factores, guiones flojos sin chispa de desacralización  y sarcasmo necesario para que el público no sienta que se le quiere tomar el pelo, sustentar el éxito en cansinas y poco creativas secuencias de acción, y la principal, protagonistas faltos de carisma (los Vin Diesel, The Rock, John Cena, son muestra clara de esto). Es por esto que Chuck Norris, campeón artemarcialista convertido en actor (si se le puede decir), el cual en toda su filmografía como en este título sustenta sus limitantes ¿histriónicas? en un rostro pétreo y su nulidad expresiva (muy a lo Clint Eastwood pero pasado de rosca en fondo y forma), por tal motivo el personaje de Matt Hunter es poco menos que Batman o cualquier miembro de la Liga de la Justicia Americana (jajaja) si no basta con ver el desarrollo de la historia en la cual este aparece y desaparece sigilosamente (aquí la continuidad narrativa no importa) armado tan solo con dos metralletas y unas cuantas frases llenas de cinismo para acabar con cientos de rusos.

Es por esto que el buen Chuck ni siquiera utiliza su ya típica patada giratoria para mandar al infierno a sus enemigos, aquí todo lo hace con su vieja camioneta amarilla (cual batí móvil) y su par de metrallas, inclusive el final quedará en los albores de la violencia extrema y  la hilaridad involuntaria cuando el personaje que interpreta Norris le dispare un bazucazo al personaje de Mikhail Rostov para cerrar con broche de oro este entretenido film. Ahora bien en lo referente a los apartados técnicos hay que decir que la productora es la Cannon (¿habrá que acotar algo más?), la dirección es plana y bastante genérica, aunque debo resaltar que las secuencias de acción estan bien montadas y gozan de  mala leche y violencia gratuita a raudales (ejemplos encontramos a la pareja asesinada en la playa cuando intentan follar, o el lanzamiento de  misiles en un suburbio clase mediero en plena época navideña  y  por supuesto el  tiroteo final entre rebeldes soviéticos y el ejército norteamericano en pleno centro de la ciudad de Miami.

Las actuaciones como el respetable podrá inferir son malas hasta la saciedad y lo peor, el villano principal no se encuentra a la altura del protagónico (su leit motiv es bastante ingenuo que dan ganas que Chuck Norris se lo despache cuanto antes). Asi que estimado lector, si usted no tiene nada que hacer en una aburrida tarde de sábado no lo dude más y vea Invasión a los Estados Unidos (les aseguro que esto es mejor que mirar fútbol como un troglodita bebedor de cervezas) con el rudo y monosílabo Chuck Norris (creo que esta cinta es en la que menos habla, jajaja) para que compruebe que los mejores tiempos ya pasaron (sin afán de ofender a las nuevas generaciones), si no,  que alguien me diga si aun se hacen cintas donde los protagonistas escupen tópicas y genéricas frases como “yo trabajo solo” o “recuerda, si te capturan el gobierno negará cualquier conexión contigo” sin hacer que el espectador esboce una leve sonrisa de complicidad. 

 

jueves, 24 de noviembre de 2011

DÉJAME ENTRAR de Tomas Alfredson

TÍTULO ORIGINAL: Låt den rätte komma in
AÑO: 2008
DURACIÓN: 110 min.
PAÍS: Suecia
DIRECTOR: Tomas Alfredson
GUIÓN: John Ajvide Lindqvist
MÚSICA: Johan Söderqvist
FOTOGRAFÍA: Hoyte Van Hoytema
REPARTO: Kåre Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl, Karin Bergquist, Peter Carlberg, Ika Nord, Mikael Rahm, Karl-Robert Lindgren, Anders T. Peedu
PRODUCTORA: EFTI
GÉNERO: Terror.

Cuando uno piensa en la cinematografía proveniente de Suecia es indudable tener como referente al grandioso e indispensable Ingmar Bergman, realizador que dedico toda su vida al cine (cosa que muchos agradecemos) creando verdaderas obras que conectaban con el espectador gracias a la honestidad de las mismas y sobre todo a la visión tan personal sobre la condición humana que mantenía el realizador. Ahora bien si uno observa el panorama actual en lo referente al séptimo arte en el frío y  lejano país escandinavo podrá darse cuenta que son pocos los directores que hoy por hoy trabajan en este rubro, inclusive la mayoría conciben proyectos bastante genéricos en Hollywood, ejemplos tenemos a Jonas Ákerlund quien realizo la entretenida e interesante Spun (2002) y más tarde la sosa Horsemen (2009) con el todo terreno Dennis Quaid, también se encuentra Mikäel Hafstrom, quien no da una desde la pueril Descarrilados (2005), La Habitación 1408 (2007) por cierto adaptación de un cuento corto de Stephen King y más recientemente El Rito (2011), una mierda sobre exorcismos de proporciones mayúsculas que solo tenía como aspecto notable el sonrojante y ridículo acontecimiento que significo aquí en México la entrevista que el seudo periodista  Joaquín López-Dóriga (al que muchos llaman en Teacher ¡por Dios!) intento hacerle a Sir Anthony Hopkins con su ya famosa frase juay de Rito?  cuando este vino a promocionar dicho esperpento cinematográfico (para los que no esten enterados esta frase quiso decir ¿de que se trata El Rito? pero en un inglés bastante pobre, jajaja).

Y por último se encuentran Roy Andersson del cual solo he podido ver la cinta Canciones de Segundo Piso (2000), alegoría sobre el existencialismo humano y su relación con la religión la cual contaba con una plástica acojonante por cierto, y por supuesto la Saga que varios directores han hecho de Millenium I, II y III, empero gracias a la globalización (por lo menos debe tener algo de bueno este aspecto, jajaja) nos llega otro director  para darle un poco esperanza al panorama actual llamado Tomas Alfredson, quien con Déjame Entrar sorprendió a propios y extraños con su hermosa y a la vez aterradora historia de vampiros, motivo por lo cual se consolida como uno de los realizadores actuales a seguir (acaba de estrenar El Topo, cinta de espionaje con tintes políticos que cuenta con un reparto bastante tentador que incluye a Gary Oldman, Colin Firth, Tom Hardy y Mark Strong por mencionar algunos).

Pero centrándonos en éste film de Alfredson debo acotar que nos cuenta la historia de un chico llamado Oskar (Kare Hedebrant) el cual vive solo con su madre en un pequeño departamento que se encuentra en un gran complejo habitacional de la gran urbe (su padre vive en el campo ya que se separo de la madre de éste), Oskar es un chico bastante tímido y reservado que carece de amigos en la escuela motivo por lo cual es el blanco perfecto para ser maltratado por un grupo de chicos de su salón los cuales lo someten constantemente infinidad de vejaciones tanto físicas como psicológicas provocando que el niño se convierta en un ente etéreo ante la sociedad; de ahí que el Oskar comience a reprimir su ira al tiempo que se vaya excluyendo de su entorno. Pero todo esto cambiara radicalmente cuando cierta noche un extraño hombre y su ¿hija? una niña de trece años llamada Eli (Lina Leandersson) lleguen a habitar uno de los departamentos del edificio donde reside el propio Oskar, pues esta chica de aparente apariencia  impúber y rostro pálido se convierta en la amiga del solitario chico llegando incluso a desarrollar una extraña relación de amor y amistad en la cual la confianza de éste se irá fortaleciendo.

Sin embargo el secreto que guarda celosamente Eli (que en realidad es un vampiro) quedará al descubierto cuando misteriosos asesinatos comiencen a suceder en la zona habitacional. Como podrá leer el respetable esta historia de vampiros puede resultar un tanto atípica si la comparamos con otras propuestas cinematográficas más clásicas en donde la figura del vampiro es retratada como la encarnación del mal puro, empero el guión que firma John Ajvide Lindqvist explora otro tipo de aristas en la cual y a través de la figura melancólica y hasta cierto punto desdichada del no muerto se analizan aspectos tan perturbadores como son los procesos de deshumanización  que  sufre la sociedad moderna e incluso quedan de manifiesto los males que en la actualidad aquejan al ser humano como son los aspectos netamente emocionales, como el de sentirse despojado emocionalmente al no encajar en  tal o cual grupo social; por tal motivo el verdadero terror ya no radica completamente en las presencias o apariciones de personajes sobrenaturales si no que ahora  este se encuentra en personas “normales” de carne y hueso que cohabitan a la vuelta de la esquina, en el propio hogar o como es el caso de Oskar en un aula de estudios.

De ahí que aquí el personaje de la vampira Eli tome más fuerza como un símbolo (que sin lugar a dudas y solo al final hará pagar con su vidas a los que han faltado a los códigos éticos más básicos del ser humano) en  el cual se ven reflejados de manera cruda y fehaciente la decadencia humana, si no basta con ver las escalofriantes escenas en donde se muestran las vejaciones  a las que es sometido el personaje de Oskar por parte de sus compañeros quienes parecen estar despojados de cualquier rasgo de humanidad, ya que no demuestran remordimiento o culpa alguna pos sus acciones, las cuales sin lugar a dudas dejarán frío al espectador ante tanta perversidad. Incluso la propia madre de este al conservar una actitud de desinterés por su propio vástago afianza dicho maltrato por el puro hecho de abandonarlo emocionalmente.

Es por esto que el desarrollo de los personajes funciona tan bien y por ende estan  dotados de total tridimensionalidad por lo cual sus motivaciones se perciben creíbles es por esto que Eli y Oskar son dos seres  desdichados que cargan grandes pesares, él es un inadaptado y excluido social, ella  por su parte carga con una maldición de ser eterna y debe matar para alimentarse por lo cual no se regodea de su condición sobrenatural, es por esto que cuando Oskar descubre que Eli es un vampiro no cambia para nada la relación que estos dos seres excluidos por su entorno han creado, de ahí que el propio chico recite una de las frases más hermosas, más duras e incluso más dolorosas de todo el film cuando le confiesa a Eli “no importa lo que seas, asi te sigo queriendo” todo esto retratado de una forma bastante madura y despojada de maniqueísmos sensibleros. Es por esto que hay que señalar que la dirección del propio Alfredson es todo un acierto ya que gracias al ritmo tan pausado que le impregna a la cinta logra que el respetable se conecte con los protagonistas, motivo por lo cual durante todo el metraje el espectador jamás encontrará fisuras en un guión haciendo que el interés en la narración jamás decaiga.

Asi mismo y tal vez uno de los aspectos más notables del titulo es quiza la belleza visual que proyecta éste, todo gracias a una exquisita fotografía llena de atmósferas que rayan en el lirismo más puro, que se encuentra llena de potentes composiciones y por supuesto una paleta cromática en la cual sobresale  un elegante color blanco, el cual representa esa densa y fría nieve que cubre la mayor parte geográfica del país escandinavo en la cual se desarrolla la historia, por lo cual se refuerzan sin lugar a dudas esas sensaciones de soledad, melancolía e incluso de depresión de la cual esta impregnada la historia y en la cual aun sobresalen aspectos tan notables como la amistad y el amor (para muestra se encuentra ese potente, sangriento y aterrador final que se desarrolla en la alberca del instituto, el cual por cierto es un cierre magistral para esta excelente cinta).

De las interpretaciones hay que decir que son notables sobre todo en lo referente al dúo protagónico ya que estos logran hacerse de sus papeles al tiempo que logran transmitir todos los rasgos de humanidad de los que se encuentran proveídos. Ya para finalizar diré que Déjame Entrar es una cinta que debe verse pues dentro de su discurso político social  también se descubre una potente película de horror (hay pasajes bastante perturbadores como cuando el padre de Eli sale por las noches a asesinar para proveer de sangre a la niña para que esta no perezca, o incluso los diversos ataques que realiza el vampiro cuando ha quedado desamparada con la muerte de su tutor) en la cual el tema del vampirismo es abordado de manera bastante inteligente, haciendo que este aspecto se torne más como una condición del ser humano, es por esto y por los argumentos que su servidor ha expuesto anteriormente que considera que esta cinta del director Tomas Alfredson es una obra redonda y por supuesto de revisión obligatoria, no por nada se hizo el remake en Hollywood dos años màs tarde, pero esa ya es otra historia.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

MUÑECOS de Stuart Gordon

TÍTULO ORIGINAL: Dolls
AÑO: 1987
DURACIÓN: 77 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Stuart Gordon
GUIÓN: Ed Naha
MÚSICA: Fuzzbee Morse
FOTOGRAFÍA: Mac Ahlberg
REPARTO: Ian Patrick Williams, Carolyn Purdy-Gordon, Carrie Lorraine, Guy Rolfe, Hilary Mason, Bunty Bailey, Cassie Stuart, Stephen Lee
PRODUCTORA: Empire Pictures
GÉNERO: Terror.


“Ellos caminan, ellos hablan, ellos matan”



Algunos de los misterios que el hombre siempre ha querido descifrar es  la de saber si  de verdad existe vida en otros planetas (teoría que Fox Mulder  defendía a capa y espada) o aclarar interrogantes aun más perturbadoras como ¿por que tipos como Uwe Boll, Tony Scott o Paul W.S. Anderson siguen dirigiendo películas? (lo de Michael Bay y Oren Peli hasta cierto punto es comprensible pues estos siguen llenando las arcas de los vampiros  que manejan Hollywood a su antojo, los cuales solo buscan succionar el capital de los bolsillos de los pobres individuos que despojados de conciencia se entregan a ejercicios banales como los que hacen los mencionados). Como ustedes podrán leer algunas de estas interrogantes tal vez nunca serán contestadas (jajaja), sin embargo existe otro tipo de cuestionamientos que también han trastornado la conciencia del hombre y han sido exploradas en la pantalla plateada para tratar de ser hasta cierto punto comprendidas, como por ejemplo la de descubrir si esos juguetitos que tantas horas de felicidad nos brindaron cuando éramos solo unos crios toman vida en la noche para hacernos pagar por nuestros pecados.

Por tal motivo ejercicios cinematográficos como La Lámpara (1959), cortometraje de siete minutos que filmara Roman Polanski en su natal Polonia en su época como estudiante de cine, aborda esta premisa a través de una atmosférica fotografía en blanco y negro, con una narración llena de lirismo y un dejo de ominosidad; hasta la cinematografía nacional no se quedo exenta, motivo por el cual en el año de 1960 el director Benito Alazraqui realiza el film  Muñecos Infernales la cual raya entre lo terrorífico y lo bizarro gracias a un argumento bastante anacrónico como jocoso que se centra en maldiciones vudú, inclusive Viruta y Capulina tuvieron su película con marionetas llamada Cascabelito (Jaime Salvador, 1962) la cual sin duda lograba aterrar a la audiencia por el maniqueo y lacrimógeno argumento de esta (jajaja), y por supuesto por lo grotesco del muñeco protagónico. Pero volviendo a la cinematografía norteamericana encontramos trabajos más conocidos como  Puppet Masters (David Schmoeller, 1989) cinta que significo la punta del iceberg para una interminable saga que se pone peor a cada secuela y por último y tal vez el titulo más conocido (o comercial como lo quieran ver) es el  Chucky de Tom Holland de 1988, cinta que retoma ciertos aspectos estilísticos y narrativos de los títulos mencionados con anterioridad y que por supuesto desemboco en más secuelas de desigual calidad.

Sin embargo hoy toca el turno de analizar Muñecos (Dolls), cinta de 1987 en la cual  Stuart “Re-Animator” Gordon nos narra un cuento bastante lúgubre en el cual las figurillitas infantiles simbolizan esa decadencia humana que soslaya a una sociedad cada vez más egoísta y excluyente, motivo por lo cual con todo y que el discurso puede percibirse moralista (si eres un hijo de puta recibirás tu castigo tarde o temprano), el resultado no deja de ser satisfactorio gracias a una pláticas visual bastante resuelta, algunos toques lovecrafnianos y grandes dosis de humor negro que hacen que el film de Gordon de haya vuelto de culto.

La historia es la siguiente, una familia adinerada compuesta por David (Ian Patrick Williams), Rosemary (Carolyn Purdy) y la pequeña Judy (Carrie Lorraine) viajan en auto a través de un bosque cuando de repente una repentina tormenta hace que su automóvil quede varado en medio de la nada, acto seguido el matrimonio Bower comienza a discutir cuando se dan cuenta que sus vacaciones son un desastre e inician a pelear, sin embargo cuando Judy interviene en el conflicto es reprendida, ignorada y posteriormente el oso de peluche con el cual contaba se le es arrebatado y  desechado, razón por la cual la niña en una arranque de cólera solo puede imaginar que dicho peluche toma vida y se transforma en un enorme oso que devora a sus progenitores, jajaja (cabe hacer mención que dicha escena esta llena de humor negro y algunos toques de gore, razón por lo cual esta es realmente perturbadora como repulsiva).

Total que la familia recorre unos cuantos metros bajo la lluvia hasta que avistan una casa a la cual se dirigen para refugiarse de la tormenta, instantes después un anciano llamado Gabriel Hartwicke (Guy Rolfe) sale con una escopeta para saber quien ronda su propiedad,  instantes después de aclarar la situación con estos les ofrece posada; sin embargo en esos instantes otros tres desconocidos hacen su arribo a la casa de los Hartwicke,  ellos son Ralph (Stephen Lee), Enid (Cassie Stuart) e Isabel (estas dos últimas unas mujeres punk) quienes también piden asilo para pasar la noche, lo que no saben los nuevos huéspedes es que la noche no será nada placentera y mucho menos tranquila puesto que en la vieja casona también existen cientos de muñecos (los cuales son fabricados por el viejo señor Hartwicke aparentemente) que toman vida por las noches con el único objetivo de castigar a aquellos que han sido deshonestos o cargan con un pasado oscuro. 

Como podrá leer el respetable la trama aunque en el exterior se perciba bastante sencilla esta llena de elementos discursivos que funcionan como una especie de cuento macabro, al más puro estilo de lo que los  Hermanos Grimm ofrecían (alegorías sobre los aspectos más pavorosos y decadentes del ser humano) de ahí que incluso la duración del film quede bastante justita para contar lo que se tiene que contar (dura solo 77 minutos) por lo que no sobra ni falta nada, asi mismo la presentación y desarrollo de personajes se resuelve de manera correcta aunque estos no dejen de ser simples arquetipos, como por ejemplo el matrimonio disfuncional al cual la avaricia e interés monetario encarnan el eje su motivación, las chicas punk que representan ese quiebre generacional donde las drogas y el dinero mal habido son el móvil; y por último los personajes del bonachón e inseguro Ralph (que no deja de ser un niño en cuerpo de hombre) y la pequeña Judy representan de algún modo la incorruptibilidad e inocencia que hará que estos logren sobrevivir la pesadilla que significa enfrentar a las demoníacas criaturas nocturnas.

Por otra parte debo resaltar que la cinta funciona gracias al diseño visual de la misma con la aplicación de una fotografía oscura y atmosférica, planos cerrados y por supuesto  al acertado esbozo las criaturas quienes son los verdaderos protagónicos del film (los diversos monigotes que aparecen en su mayoria como muñecas de porcelana, muñecos de trapo e incluso figurines de madera resultan bastante espeluznantes), asi como al buen manejo de suspense tanto como a la planificación de las muertes, punto en el cual debo resaltar una escena donde interviene un ejercito de soldaditos de madera los cuales eliminan a una de las chicas de una forma suficientemente desagradable como divertida (los mentados soldados fusilan a la chica, jajaja) para que el espectador quede satisfecho ante tanta surrealidad que plantea el guión.

De las actuaciones hay que decir que estas son pasables hasta cierto punto (tampoco es que reciten a Shakespeare, jajaja) sin embargo aunque los personajes de las chicas son algo insoportables y uno como espectador quiere que los muñequitos se las despachen lo antes posible, creo que es comprensible hasta cierto punto el perfil de estos, pues el hecho de que sus motivaciones sean exacerbables refuerzan el discurso de la cinta; asi mismo es de agradecer que  por lo menos el performance de la pequeña Judy (Carrie Lorraine) no se perciba tan castrante.

Asi que puedo sin más ni más puedo recomendar Muñecos de Stuart Gordon, pues esta se descubre como una honesta e inquietante cinta de horror, la cual si asusta gracias a un buen manejo de situaciones y momentos, al tiempo que sus protagónicos (los muñecos, que en verdad son pigmeos de no se que dimensión) de verdad se roban la película gracias a su mala leche y la violencia grafica que muestran cuando asesinan, al tiempo que ponen de manifiesto que el director de Re-Animator se siente como pez en el agua cuando de hacer filmes de genero se refiere, por lo que es indudable que su obra es de revisión obligatoria.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES de John Landis

TÍTULO ORIGINAL: An American Werewolf in London
AÑO: 1981
DURACIÓN: 97 min.
PAÍS: Inglaterra
DIRECTOR: John Landis
GUIÓN: John Landis
MÚSICA: Elmer Bernstein (Canciones: Creedance)
FOTOGRAFÍA: Bob Paynter
REPARTO: David Naughton, Jenny Agutter, Griffin Dunne, John Woodvine, Lila Kaye, Brian Glover
PRODUCTORA: Polygram Pictures / Univesal Pictures
GÉNERO: Terror. Comedia.



Otra de las cintas favoritas que su servidor conserva en su top ten personal de cintas de horror además de Halloween, La Cosa del otro Mundo (John Carpenter, 1978,1982 respectivamente), La Noche de los Muertos Vivientes (George A. Romero, 1969) o Fright Night (Holland, 1985) por mencionar algunas, es sin lugar a dudas esta Un Hombre Lobo Americano en Londres del siempre eficaz John Landis, autor que se abriera camino en el mainstream hollywoodense con sus jocosas y delirantes comedias como Kentucky Fried Movie (1977) o Desmadre a la Americana (1978), el cual más sin embargo al presentar esta excelente cinta se llevo una gran decepción cuando tanto público y crítica no supieron entender el espíritu de esta arriesgada obra que combinaba magistralmente horror y humor a partes iguales, motivo por el cual la mencionada obra  sirvió de parte aguas para el genero del terror por lo cual es inevitable mencionar que este film se encontraba bastante adelantado a su epoca.

Y es que como explica el propio Landis en una entrevista, la gestación del proyecto era una reinvención de aquel genial filme de 1941 que protagonizara Lon Chaney Jr. llamado simplemente El Hombre Lobo (Waggner), empero el proceso fue bastante tortuoso pues desde un principio la escritura del guión (este duro casi una década guardado por falta de financiamiento) tuvo que ser cambiado infinidad de veces cuando arranco el rodaje, pues al director de The Blues Brothers (1980) debió adaptar este de nuevo para que no se desfasara de los tiempos actuales, asi mismo la elección del casting resulto ser otro reto ya que la producción al ser netamente extranjera (por tal motivo la cinta se filmo completamente en Londres, Inglaterra) debía estar conformada por actores en su mayoría ingleses, razón para que el director norteamericano solo pudiera contratar a dos actores estadounidenses como sus protagónicos.

Sin embargo con todas estas dificultades tanto el equipo de producción como el propio Landis lograron sacar a flote una de las cintas más influyentes del género, la cual a través de los años se ha ganado a pulso la importancia de su verdadero valor. ¿Pero de que va Un Hombre Lobo Americano en Londres? esta nos narra el viaje que realizan de mochilazo dos estudiantes norteamericanos, David (David Naughton) y Jack (Griffin Dunne)  los cuales  recorren los interminables y verdosos  páramos irlandeses en un camión lleno de ovejas (jajaja, primera simbología de la historia)  llegando a un pequeño poblado en donde buscan algún sitio en donde resguardarse de una intensa lluvia que ha comenzado a caer.

Es en esos momentos que el par de chicos ingresan a una misteriosa taberna que tiene como nombre “El cordero degollado”, lugar en donde son vistos con recelo por los comensales del mismo, los cuales por cierto tienen cara de pocos amigos (jajaja). Es por esto que durante algunos minutos transcurre una tensa calma entre estos y los lugareños que se encuentran bebiendo hasta que Jack (Dunne) osa preguntar por un pentagrama que se haya pintado en una de las paredes del bar, lo que provoca que uno de los sujetos que bebe en el lugar se moleste,  por lo cual los jóvenes son expulsados del sitio ante la advertencia de una mujer que les pide a los individuos que no los dejen ir pues hay “luna llena” y corren gran peligro, a lo que estos hacen caso omiso y dejan que los jóvenes partan a mitad de la noche no sin antes ser advertidos que se cuiden de la luna y no se metan a los cipreses.

Lo que acontece después es presenciar como Jack y David (Naughton) recorren un sinuoso camino que por descuido los lleva a lo más profundo del bosque alejándolos de la carretera que les brindaría seguridad, es por esto que cuando se descubren perdidos y escuchan un aterrador aullido sabrán que estan en verdaderos problemas. A continuación los jóvenes son atacados por una enorme bestia la cual mata a Jack cuando le arranca el cuello de una mordida y deja mal herido a David solo para que el respetable descubra que la mencionada bestia es ni más ni menos que un licántropo, esto es revelado cuando los hombres del bar en un acto de remordimiento salen a buscar a los jóvenes y matan al animal quien instantes después se transforma en hombre.

Tiempo después David despierta en un hospital de la ciudad de Londres donde convalece por sus heridas, y a partir de este momento la vida de nuestro protagonista se convertirá en un  descenso a los infiernos cuando su amigo Jack (ahora convertido en un zombie al cual solo puede ver David) le advierta que la siguiente luna llena éste se convertirá en hombre lobo por lo que le aconseja quitarse la vida antes de que asesine ya que será inevitable que sus ansias de hambre lo convertirán en  bestia. Como el respetable podrá inferir David no hace caso, sin embargo violentos asesinatos comenzarán a suscitarse en la ciudad, al tiempo que horripilantes pesadillas irán desquebrajando la cordura de nuestro protagonista (el sueño dentro de otro sueño en donde aparecen unos monstruos nazis son muestra clara de esto),  quien al enamorarse de Alex (Jenny Agutter) la enfermera que lo cuida, hará caso omiso de las advertencias de Jack.

Y este sería el perspicaz y aterrador argumento de esta cinta (de verdad el film tiene pasajes bastante ominosos que ponen la piel de gallina, se los juro) que además cuenta con varias dosis de humor negro los cuales por cierto le agregan un sabor mal sano a la historia; motivo por lo cual el espectador jamás se halla cómodo ante los constantes cambios de emoción que conserva el film, de ahí el desconcierto del público al visionar el mismo en su momento. De igual forma es importante resaltar que el diseño psicológico de los personajes es parte neurálgica para que la historia funcione ya que tanto el personaje de David (el hombre lobo) como el de Jack (el muerto viviente) e incluso el del Dr. Hirsch (John Woodvine) se encuentren  despojados de ser simples arquetipos y por el contrario, representen a varios niveles lo más oscuro de  la condición humana, esa que aquí es retratada de la forma más sombría y perturbadora posible.

De ahí que la representación de la bestialidad humana se conserve al igual que en el film de Waggner, solo que aquí Landis refresca la premisa tanto en fondo como en forma haciendo la obra más atractiva y perturbadora para el espectador contemporáneo (gracias a los efectos especiales diseños por Rick Baker y por supuesto a esas generosas dosis de gore que ofrece el film), razón por lo cual el David de Naughton conserva esa carga emocional que le provee la maldición a la que fue sometido como le pasará a Lon Chaney Jr. cuatro décadas atrás. Por tal motivo las interpretaciones del desconocido tándem de jóvenes actores David Naughton y Griffin Dunne es vital para que creamos el quiebre emocional que enfrenta el primero, al tiempo que el excelente performance del segundo trata de incluir un poco de cordura en la psique de David (como si de un  irónico Pepe grillo se tratase) con el objetivo de disminuir ese ambiente de demensia del cual esta intestada la historia.

Y por si esto no fuera suficiente, el lenguaje cinematográfico que emplea John Landis es lo bastantemente eficaz para conceder al film de una plástica y narrativa tal, que la misma toma otros niveles gracias a un ritmo fluido, situaciones y diálogos inteligentes; y por supuesto unos efectos especiales tan grotescos como increíbles que dotan de verosimilidad al proyecto (no por nada Rick Baker gano el Oscar a mejores efectos especiales y de maquillaje ese año), los cuales incluían la utilización de animatrónics y prótesis de látex; incluso si uno ve el film podrá darse cuenta que una de las escenas más  emblemáticas y cruciales del filme es aquella donde David se transforma en bestia, pues dicha escena (que se grabo sin cortes) mostraba lo tortuoso que significaría dicha metamorfósis, todo esto acompañado por la inquietante canción "Blue Moon" interpretada por Sam Cooke.

Así que ¿qué más puedo decir sobre esta aterradora  y fascinante cinta de horror? Pues para los que no la han visto (que probablemente sean algunos jóvenes que creen que Actividad Paranormal es el epítome del terror, jajaja) que corran a comprarla (o rentarla ¡por Dios!),  ya que no pueden perderse esta obra maestra del género,  la cual su servidor solo puede comparar en maestría con el remake de John Carpenter, La Cosa del Otro Mundo (1982)  pues como comentaba al inicio de esta reseña, significaron un antes y un después en la forma de abordar este género muchas veces menospreciado por muchos, pero que gracias a tipos como Landis, los Carpenter, los Romero y Cravens, este se ha ganado el respeto de los adictos al horror. Y para los que ya la vimos, pues nunca esta demás volver a disfrutar de una buena cinta de horror, de esas que de verdad te ponen los pelos de punta, basta con recordar la asfixiante escena del metro o la mal sana y divertida secuencia que se suscita en el cine porno (clímax final del film) ya que por el simple hecho de disfrutarlas,  bien valen el visionado.