miércoles, 16 de noviembre de 2011

MUÑECOS de Stuart Gordon

TÍTULO ORIGINAL: Dolls
AÑO: 1987
DURACIÓN: 77 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Stuart Gordon
GUIÓN: Ed Naha
MÚSICA: Fuzzbee Morse
FOTOGRAFÍA: Mac Ahlberg
REPARTO: Ian Patrick Williams, Carolyn Purdy-Gordon, Carrie Lorraine, Guy Rolfe, Hilary Mason, Bunty Bailey, Cassie Stuart, Stephen Lee
PRODUCTORA: Empire Pictures
GÉNERO: Terror.


“Ellos caminan, ellos hablan, ellos matan”



Algunos de los misterios que el hombre siempre ha querido descifrar es  la de saber si  de verdad existe vida en otros planetas (teoría que Fox Mulder  defendía a capa y espada) o aclarar interrogantes aun más perturbadoras como ¿por que tipos como Uwe Boll, Tony Scott o Paul W.S. Anderson siguen dirigiendo películas? (lo de Michael Bay y Oren Peli hasta cierto punto es comprensible pues estos siguen llenando las arcas de los vampiros  que manejan Hollywood a su antojo, los cuales solo buscan succionar el capital de los bolsillos de los pobres individuos que despojados de conciencia se entregan a ejercicios banales como los que hacen los mencionados). Como ustedes podrán leer algunas de estas interrogantes tal vez nunca serán contestadas (jajaja), sin embargo existe otro tipo de cuestionamientos que también han trastornado la conciencia del hombre y han sido exploradas en la pantalla plateada para tratar de ser hasta cierto punto comprendidas, como por ejemplo la de descubrir si esos juguetitos que tantas horas de felicidad nos brindaron cuando éramos solo unos crios toman vida en la noche para hacernos pagar por nuestros pecados.

Por tal motivo ejercicios cinematográficos como La Lámpara (1959), cortometraje de siete minutos que filmara Roman Polanski en su natal Polonia en su época como estudiante de cine, aborda esta premisa a través de una atmosférica fotografía en blanco y negro, con una narración llena de lirismo y un dejo de ominosidad; hasta la cinematografía nacional no se quedo exenta, motivo por el cual en el año de 1960 el director Benito Alazraqui realiza el film  Muñecos Infernales la cual raya entre lo terrorífico y lo bizarro gracias a un argumento bastante anacrónico como jocoso que se centra en maldiciones vudú, inclusive Viruta y Capulina tuvieron su película con marionetas llamada Cascabelito (Jaime Salvador, 1962) la cual sin duda lograba aterrar a la audiencia por el maniqueo y lacrimógeno argumento de esta (jajaja), y por supuesto por lo grotesco del muñeco protagónico. Pero volviendo a la cinematografía norteamericana encontramos trabajos más conocidos como  Puppet Masters (David Schmoeller, 1989) cinta que significo la punta del iceberg para una interminable saga que se pone peor a cada secuela y por último y tal vez el titulo más conocido (o comercial como lo quieran ver) es el  Chucky de Tom Holland de 1988, cinta que retoma ciertos aspectos estilísticos y narrativos de los títulos mencionados con anterioridad y que por supuesto desemboco en más secuelas de desigual calidad.

Sin embargo hoy toca el turno de analizar Muñecos (Dolls), cinta de 1987 en la cual  Stuart “Re-Animator” Gordon nos narra un cuento bastante lúgubre en el cual las figurillitas infantiles simbolizan esa decadencia humana que soslaya a una sociedad cada vez más egoísta y excluyente, motivo por lo cual con todo y que el discurso puede percibirse moralista (si eres un hijo de puta recibirás tu castigo tarde o temprano), el resultado no deja de ser satisfactorio gracias a una pláticas visual bastante resuelta, algunos toques lovecrafnianos y grandes dosis de humor negro que hacen que el film de Gordon de haya vuelto de culto.

La historia es la siguiente, una familia adinerada compuesta por David (Ian Patrick Williams), Rosemary (Carolyn Purdy) y la pequeña Judy (Carrie Lorraine) viajan en auto a través de un bosque cuando de repente una repentina tormenta hace que su automóvil quede varado en medio de la nada, acto seguido el matrimonio Bower comienza a discutir cuando se dan cuenta que sus vacaciones son un desastre e inician a pelear, sin embargo cuando Judy interviene en el conflicto es reprendida, ignorada y posteriormente el oso de peluche con el cual contaba se le es arrebatado y  desechado, razón por la cual la niña en una arranque de cólera solo puede imaginar que dicho peluche toma vida y se transforma en un enorme oso que devora a sus progenitores, jajaja (cabe hacer mención que dicha escena esta llena de humor negro y algunos toques de gore, razón por lo cual esta es realmente perturbadora como repulsiva).

Total que la familia recorre unos cuantos metros bajo la lluvia hasta que avistan una casa a la cual se dirigen para refugiarse de la tormenta, instantes después un anciano llamado Gabriel Hartwicke (Guy Rolfe) sale con una escopeta para saber quien ronda su propiedad,  instantes después de aclarar la situación con estos les ofrece posada; sin embargo en esos instantes otros tres desconocidos hacen su arribo a la casa de los Hartwicke,  ellos son Ralph (Stephen Lee), Enid (Cassie Stuart) e Isabel (estas dos últimas unas mujeres punk) quienes también piden asilo para pasar la noche, lo que no saben los nuevos huéspedes es que la noche no será nada placentera y mucho menos tranquila puesto que en la vieja casona también existen cientos de muñecos (los cuales son fabricados por el viejo señor Hartwicke aparentemente) que toman vida por las noches con el único objetivo de castigar a aquellos que han sido deshonestos o cargan con un pasado oscuro. 

Como podrá leer el respetable la trama aunque en el exterior se perciba bastante sencilla esta llena de elementos discursivos que funcionan como una especie de cuento macabro, al más puro estilo de lo que los  Hermanos Grimm ofrecían (alegorías sobre los aspectos más pavorosos y decadentes del ser humano) de ahí que incluso la duración del film quede bastante justita para contar lo que se tiene que contar (dura solo 77 minutos) por lo que no sobra ni falta nada, asi mismo la presentación y desarrollo de personajes se resuelve de manera correcta aunque estos no dejen de ser simples arquetipos, como por ejemplo el matrimonio disfuncional al cual la avaricia e interés monetario encarnan el eje su motivación, las chicas punk que representan ese quiebre generacional donde las drogas y el dinero mal habido son el móvil; y por último los personajes del bonachón e inseguro Ralph (que no deja de ser un niño en cuerpo de hombre) y la pequeña Judy representan de algún modo la incorruptibilidad e inocencia que hará que estos logren sobrevivir la pesadilla que significa enfrentar a las demoníacas criaturas nocturnas.

Por otra parte debo resaltar que la cinta funciona gracias al diseño visual de la misma con la aplicación de una fotografía oscura y atmosférica, planos cerrados y por supuesto  al acertado esbozo las criaturas quienes son los verdaderos protagónicos del film (los diversos monigotes que aparecen en su mayoria como muñecas de porcelana, muñecos de trapo e incluso figurines de madera resultan bastante espeluznantes), asi como al buen manejo de suspense tanto como a la planificación de las muertes, punto en el cual debo resaltar una escena donde interviene un ejercito de soldaditos de madera los cuales eliminan a una de las chicas de una forma suficientemente desagradable como divertida (los mentados soldados fusilan a la chica, jajaja) para que el espectador quede satisfecho ante tanta surrealidad que plantea el guión.

De las actuaciones hay que decir que estas son pasables hasta cierto punto (tampoco es que reciten a Shakespeare, jajaja) sin embargo aunque los personajes de las chicas son algo insoportables y uno como espectador quiere que los muñequitos se las despachen lo antes posible, creo que es comprensible hasta cierto punto el perfil de estos, pues el hecho de que sus motivaciones sean exacerbables refuerzan el discurso de la cinta; asi mismo es de agradecer que  por lo menos el performance de la pequeña Judy (Carrie Lorraine) no se perciba tan castrante.

Asi que puedo sin más ni más puedo recomendar Muñecos de Stuart Gordon, pues esta se descubre como una honesta e inquietante cinta de horror, la cual si asusta gracias a un buen manejo de situaciones y momentos, al tiempo que sus protagónicos (los muñecos, que en verdad son pigmeos de no se que dimensión) de verdad se roban la película gracias a su mala leche y la violencia grafica que muestran cuando asesinan, al tiempo que ponen de manifiesto que el director de Re-Animator se siente como pez en el agua cuando de hacer filmes de genero se refiere, por lo que es indudable que su obra es de revisión obligatoria.

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