jueves, 16 de febrero de 2012

NIDO DE RATAS de Elia Kazan

TÍTULO ORIGINAL: On The Waterfront
AÑO: 1954
DURACIÓN: 108 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Elia Kazan
GUIÓN: Budd Schulberg (Artículo: Malcolm Johnson)
FOTOGRAFÍA: Boris Kaufman (B&W)
MUSICA: Leonard Bernstein
REPARTO: Marlon Brando, Eva Marie Saint, Karl Malden, Lee J. Cobb, Rod Steiger, Pat Henning, Leif Erickson, James Westerfield, John Heldabrand, Rudy Bond, Martin Balsam, John Hamilton
PRODUCTORA: Columbia Pictures. Productor: Sam Spiegel
GÉNERO: Drama.

¡Pude haber sido alguien!, En lugar de un pordiosero, que es lo que soy. Aceptémoslo.
-Terry (Marlon Brando) confrontando a  su hermano Charley (Rod Steiger)

Es bien sabido por la comunidad cinéfila que Elia Kazan es uno de los grandes referentes del cine norteamericano de principios de los cincuentas y finales de los sesentas todo gracias a que el director de origen griego era un experto en la puesta en escena (todo a su experiencia como director de teatro a inicios de su carrera) al tiempo que exploraba de manera cruda y sin concesiones aspectos tan humanos como las relaciones de pareja reflejadas en Un Tranvía Llamado Deseo (1951), el doloroso proceso de crecimiento en Al Este del Corazón, (1955) y por supuesto disecciona con maestría las formas en como el hombre se corrompe a varios niveles morales como queda constatado en ¡Viva Zapata! (1952) y por supuesto en esta Nido de Ratas, filme en el que Brando colaboraría por tercera y última vez al lado del realizador.

La historia inicia a partir de que cierta noche un tipo llamado Terry Malloy (Marlon Brando), un ex boxeador fracasado que pertenece al corrupto sindicato de cargadores de los muelles de Nueva York, el cual es comandado por el conocido capo Johnny “Simpático” (Lee J. Cobb), se encarga de emboscar a su mejor amigo Doyle quien es asesinado por los hombres de Johnny cuando este se entera que el joven abrió la boca ante algunas autoridades tratando de revelar ciertos manejos turbios por parte de dicha asociación sindical. Sin embargo Terry (Brando) lejos de sentirse satisfecho por su fechoría percibe dentro de si gran decepción, sobre todo cuando hace acto de aparición en la escena del crimen un hermosa joven llamada Edie (Eva Marie Saint), la hermana de Doyle quien envuelta en cólera exige a las autoridades, pero sobre todo a los trabajadores del muelle que ya no se callen más y revelen las transgresiones de Johnny; pero como es de esperarse nadie abre la boca por temor a acabar como Doyle por lo cual ni la presencia del padre Barry (Karl Malden) logran subsanar un poco el dolor e impotencia que siente Edie, todo esto mientras Terry observa con cobardía desde su trinchera junto a los hombres Johnny.

Empero Terry (Brando) no logra explicarse por que no consigue sentirse mejor con todo y que  goza de ciertos privilegios al ser uno de los hombres distinguidos de Johnny (Cobb), sobre todo cuando diariamente es escogido para trabajar en los muelles en tareas que prácticamente no le exigen esfuerzo alguno para recibir una paga, mientras decenas de hombres se quedan diariamente sin laborar aun y cuando tengan que rogar por una oportunidad para ser escogidos. Pero cuando el padre Barry (Malden) junto a Edie (Saint) comiencen a organizar a los obreros para que se revelen ante tanta impunidad, el mal trecho Terry comenzará a cuestionar sus acciones por lo cual en determinado momento se unirá a la causa de estos, en consecuencia también cuando inicia una relación sentimental con la frágil Edie y busca vengar la muerte de su hermano Charley “The Gent” (Rod Steiger) se niega a asesinar a Terry por ordenes de Johnny.

Como el respetable podrá leer tal vez el argumento que plantea Budd Schulberg parezca algo tópico si tomamos en cuenta que ante tantos años de cine hemos podido presenciar infinidad de cintas con premisas similares como F.I.S.T (Norman Jewison, 1978),  Hoffa (Danny DeVito, 1992) e incluso North Country (Niki Caro, 2005) donde se explora y diseccionan de formas diversas (unas más logradas que otras por supuesto) el origen, las causas y lo más importante, como se desarrollan a varios niveles los actos de corrupción a los que estan expuestos aquellos órganos no gubernamentales que fueron creados con el objeto de defender a la clase obrera de los abusos para encontrar igualdad social, pero mas sin embargo y como sucede en la mayoría de los casos, estos quedan relegados al servicio de los líderes sindicales que ven a dichas organizaciones como negocios personales para amasar incalculables riquezas aun a costa de dañar miles de familias sin remordimiento alguno, si no basta con revisar alguno de los sindicatos más dañinos en la historia del México contemporáneo como es el de los maestros (SNTE), el cual se encuentra liderado desde el año 1989 por la líder vitalicia, la maestra Elba Esther Gordillo, personaje político bastante ominoso que tiene la capacidad de voltear la balanza para favorecer o arruinar a tal o cual partido según su conveniencia política o económica.

Pero volviendo al tema meramente cinematográfico debo decir que el film de Kazan funciona perfectamente ya que lejos de retratar una historia manida o dramatizada en cuanto a situaciones (recordemos que el film surge gracias a una serie de artículos que publicó Malcolm Johnson, un reportero del New York Sun el cual descubrió las corruptelas sindicales a partir de la muerte de un trabajador) este opta por dotar de motivaciones y pathos a sus personajes haciendo creíble el relato y por ende sus ramificaciones morales y/o sociales. De ahí que la evolución que sufre el personaje que interpreta Brando se perciba bastante verosímil, al tiempo que funciona como eje para que la historia avance; pues incluso aunque por momentos este se percibe algo antagónico, es por sus actos que se desencadena todo lo que sobreviene en la historia como si se desmoronará un castillo de naipes.

Por tal motivo la historia de redención que a primera vista se puede vislumbrar queda como aspecto secundario ya que si analizamos bien el film éste trata de ahondar en aspectos más complejos y sombríos como lo son la desesperanza que el ser humano divisa sobre su propia condición, ya sea por factores sociales, políticos o culturales; pero que paradójicamente también profundiza en un discurso doloroso que va enfocado al  contexto del white trash, el cual se percibe duro y  sin concesiones pues este refleja de muchas formas el momento tan sombrío y lleno de zozobra que vivía la nación norteamericana en torno al macarthismo (el cual sufrió en carne propio el propio Kazan años después). Es por esto que todos los personajes se encuentran desprovistos de herramientas que les ayuden a salir de ese entorno tan pesimista y asfixiante que se ven representados en aquellos oscuros callejones y fríos muelles de la bahía neoyorkina, por lo cual de manera inteligente el realizador norteamericano vuelve a valerse de una puesta en escena soberbia que aprovecha los entornos geográficos y las atmosferas opresivas (dotadas de una portentosa fotografía) para enfatizar en la psicología de sus personajes.

Ahora bien nada de esto funcionaría tan bien sin no fuera por las excelentes actuaciones de un reparto que no tiene ningún desperdicio, encabezado por un joven y recién descubierto Marlon Brando (que pusiera sobre si los reflectores con su actuación en Un Tranvía Llamado Deseo) el cual aquí entrega un soberbio performance que se descubre rico en matices, dominando su difícil personaje a través de infinidad de gestos, miradas y por supuesto una interpretación bastante natural que hace de su Terry Malloy un ser humano de carne y hueso, lleno de defectos pero ávido de encontrar una puta luz en el camino que le brinde un poco de redención; para muestra se encuentra la ya mítica  escena que representa el punto nodal del film, en donde Brando sostiene una conversación en el interior de un auto con el actor Rod Steiger (quien interpreta a su hermano) donde este le reclama que por su culpa es un perdedor sin ambiciones. Cabe hacer mención que dicha escena esta llena de emotividad y nihilismo.

Por otra parte Karl Malden como el padre Barry (quien ya habia trabajado con Elia Kazan y Brando en El Tranvía), se vuelve una pieza fundamental para que la historia vaya tomando cierto rumbo pues este se mueve como un símbolo de esperanza, al tiempo que el actor brinda una actuación  bastante portentosa. Asi mismo Lee J. Cobb compone a uno de los villanos más emblemáticos del cine (no solamente del universo gansteril), pues dota a su Johnny “Simpático” de todas esos vicios que aquejan al ser humano y que desgraciadamente siguen patentes aun en la actualidad, y por último Eva Marie Saint sale airosa con su papel de mujer frágil pero a su vez contestataria. 

Ahora bien y como había comentado anteriormente, la labor de Elia Kazan detrás de cámaras es asombrosa pues dota a su film de un ritmo tan sagaz que el respetable solo puede dejarse llevar ante la maestría narrativa que el realizador imprime a este relato que solo va increscendo a cada paso hasta concluir en ese pesimista clímax final. Por supuesto el apartado visual es estupendo, las atmósferas, la composición de planos, la fotografía e incluso la banda sonora, por lo cual el film en su totalidad es una obra exquisita. Ya para finalizar debo decir que Nido de Ratas es una de las mejores cintas que Kazan haya realizado y por supuesto de Marlon Brando como interprete (no por nada ambos ganaron ese años el Oscar como mejor director y actor respectivamente), por lo cual usted distinguido lector no debe perderse pues a casi sesenta años de su estreno el film se sigue percibiendo fresco, al tiempo que su servidor encontró algunas similitudes con la obra de Scorsese por lo cual no dudo que el realizador griego fungiera como una influencia en el director ítaloamericano.

Como apunte curioso y para cerrar diré que dos de los protagonistas de Nido de Ratas tienen que ver directamente con el Superman cinematográfico, Marlon Brando y Eva Marie Saint actores que en los años de 1978 y 2006 (respectivamente)interpretan a los padres del último hijo de Kriptón.

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