domingo, 29 de julio de 2012

LA RUPTURA de Claude Chabrol

TÍTULO ORIGINAL: La Rupture
AÑO: 1970
DURACIÓN: 124 min.
PAÍS: Francia
DIRECTOR: Claude Chabrol
GUIÓN: Claude Chabrol (Novela: Charlotte Armstrong)
FOTOGRAFÍA: Jean Rabier MUSICA: Pierre Jansen
REPARTO Stéphane Audran, Jean-Pierre Cassel, Michel Bouquet), Annie Cordy, Jean-Claude Drouot, Jean Carmet, Marguerite Cassan, Mario David, Michel Duchaussoy, Catherine Rouvel
PRODUCTORA: Coproducción Francia-Italia-Bélgica; Ciné Vog Films / Euro International Film / Les Films de la Boétie
GÉNERO: Drama.


Una mujer llamada Helene (Stéphane Audran) prepara el desayuno para su pequeño hijo en el interior de un comedor, instantes después y aun cuando no han probado bocado alguno emerge del interior de un cuarto contiguo Charles (Jean-Claude Drout) el esposo de esta y padre del niño quien de manera inexplicable arremete en contra estos provocando que el infante quede seriamente herido cuando es lanzado por los aires de la cocina, motivo por lo cual Helene en un acto desesperado de defender su integridad y la de su vástago le atiza un golpe con un sartén a la cabeza del desquiciado sujeto que inmediatamente cae abatido. Instantes después la mujer toma a su hijo (quien sangra de la cabeza) y busca la ayuda de algún vecino para que la asista y la trasladen al hospital más cercano para salvar la vida del infante.

Es asi como transcurren de manera inquietante y por que no decirlo terrorífica los primeros quince minutos de lo que será un angustiante film por parte del maestro francés Claude Chabrol, quien aquí de nuevo plantea a través de un asfixiante puzzle una historia llena de recovecos discursivos que exploran la escencia más lúgubre del ser humano, al tiempo que vuelve a arremeter en contra de esa hipocresía moral de una sociedad burguesa que parece no tener límites cuando de cuidar  sus propios intereses se trata aun a costa de menoscabar a terceros; como ya lo había demostrado en aquel magnifico peliculón llamado Ese Hombre debe Morir de 1969. Y es que En la Ruptura Chabrol de nuevo nos sumerge en una espeso y mal sano viaje existencial, donde la desprotegida Helene (Audran) tendrá que enfrentar las artimañas de su poderoso y adinerado suegro Ludovic (Michel Bouquet), quien busca a toda costa quitarle la patria potestad de su nieto ya que considera que esta es impura por su ominoso pasado pues tiempo atrás ella desempeñaba el oficio bailarina exótica para sustentar la manutención de su hijo, pues su esposo Charles no aportaba dinero alguno para este fin.

Es por esto que nuestra protagonista tendrá que enfrentar los ardides de un sujeto llamado Paul Thomas (exquisito Jean-Pierre Cassel), un estafador que ha contratado Ludovic para incriminar en un sin fin de fechorías a la desprotegida Helene (las cuales incluyen perversión de menores y demás depravaciones) con el objetivo de que esta quede como una siniestra persona ante la gente que le ha brindado su ayuda y asi despojarla de su hijo para que quede en manos de los Régnier. Y básicamente este sería el planteamiento de esta angustiante historia que por momentos borda varios géneros como el thriller, el terror psicológico y hasta el surrealismo más puro (sobre todo en su tercio final con aquel absorbente pasaje de los globos en el parque), pues durante el transcurso de la misma tanto el espectador como la protagonista no saben a ciencia cierta la resolución que tendrán al finalizar la historia.

De ahí que este aspecto (el complejo desarrollo de guión) sea uno de los elementos más inquietantes, por momentos confuso, pero sin lugar a dudas estimulante; pues como comentaba anteriormente son esos constantes cambios de intención y recovecos que guarda la historia (como los propios personajes) que el espectador no sabe a ciencia cierta como finalizará todo el relato, lo que si puedo asegurarles es que de nueva cuenta aquí no existe ese reconfortante y catártico happy ending al que nos tiene acostumbrado el cine más genérico y comercial, ¡no señores! aquí Chabrol nuevamente nos atiza varios baldes de agua fría a nivel ideológico para sacudirnos a través de complejos y en ocasiones bizarros personajes por lo cual el relato se torna en demasía perturbador. Por supuesto el desarrollo de personajes es otro punto nodal en el film pues estos son todo un compendio de alegorías que reflejan los diversos aspectos de decadencia del ser humano, por tal motivo La Ruptura podría funcionar en algún momento como un retorcido cuento de hadas pues si lo analizamos Helene (Audran) por instantes funge como una especie de princesa de cuento a la cual esos constantes embates de maldad que buscan eliminarla quedan anulados gracias a una fuerza intangible que parece cuidarla.

Por tal motivo el personaje de Helene logra conectar con el espectador casi de inmediato          pues ella es una especie de heroína indefensa, caso contrario al “villano” de la historia Paul Thomas (Cassel), quien gracias a que muestra una moral en demasía ambigua por momentos puede confundir al espectador en cuanto a sus motivaciones, pero con forme la trama avanza y se van desvelando sus verdaderas intenciones el respetable descubre a este lobo vestido de oveja, sobre todo cuando somos testigos de ese proceso tan meticuloso para hacer desfallecer a nuestra protagonista. Por supuesto que usted respetable lector podría pensar que el diseño psicológico de los personajes podrían caer en la representación de clichés o arquetipos, mas sin embargo y como he comentado anteriormente estos logran funcionar correctamente por que el film no deja de percibirse como una alegoría.

Por otra parte los performance de los actores dotan de esa credibilidad a sus protagonistas, de ahí que Stéphane Audran (la ex mujer de Chabrol y constante musa de su obra) logre transmitir toda esa desolación y desesperación con la que carga su personaje, todo hay que decirlo gracias a una actuación que borda la demencia más pura (sobre todo en el tramo final del film) si tomamos en cuenta que la protagonista se encuentra sumergida en una constante, espesa, lúgubre y opresiva atmósfera que transpira todo el filme. Por otra parte Jean-Pierre Cassel (padre de Vincent) logra conceder cierta simpatía y por que no decirlo patetismo a su Paul Thomas, todo gracias a una interpretación bastante natural que provee de esa humanidad al mismo, con esos claros oscuros de un  sujeto que solo ve en la fortuna su única motivación existencial; en lo concerniente a Jean-Claude Drout como Charles (marido de Helene) este tiene una participación bastante corta y una actuación algo recargada que puede resultar algo incomoda, pero que al final convierte a su personaje en el pelele que es ante la voluntad de su padre.

Ahora bien en lo concerniente al apartado visual la cinta contiene un ambiente mal sano que logra incomodar al espectador gracias a una paleta cromática en tonos verdosos y la implementación de una fotografía con encuadres bastante cerrados que reflejan ese quiebre emocional de los protagonistas, asi mismo el ritmo empleado por Chabrol para mantener el suspense y la tensión de la historia no tiene desperdicio y solo hasta el agónico final el respetable logra un poco de alivio cuando el visionado ha terminado. Asi que estimado lector no puedo más que recomendar sin vacilar este excelente film el cual aunque en su discurso pueda descubrirse algún dejo de moralidad (cuestion que se hace más evidente en  el rumbo que toma el personaje que interpreta Cassel) empero es inevitable no sucumbir ante la aplastante honestidad de tan sórdido relato en la cual se percibe que que el director frances busca confrontar al espectador con su obra.



 

sábado, 14 de julio de 2012

CINE DE CULTO: ESPÍA POR ERROR

TÍTULO ORIGINAL: If Looks Could Kill (AKA Teen Agent)
AÑO: 1991
DURACIÓN: 88 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: William Dear GUIÓN: Darren Star (Historia: Fred Dekker)
FOTOGRAFÍA: Douglas Milsome
MUSICA: David Foster
REPARTO: Richard Grieco, Roger Rees, Linda Hunt, Robin Bartlett, Gabrielle Anwar, Geraldine James, Michael Siberry, Carole Davis, Frederick Coffin, Tom Rack, Roger Daltrey, Oliver Dear
PRODUCTORA: Warner Bros. Pictures
GÉNERO: Comedia.


Es muy probable que las nuevas generaciones no conozcan la serie de televisión Comando Especial (21 Jump Street) de la cual hace poco se estreno su versión cinematográfica (Lord, Miller 2012), pero retomando el tema dicha serie televisiva sirvió además de entretener a su servidor cada noche entre semana, para que el público descubriera futuras estrellas de cine, jóvenes promesas pues… ¡ah! corrijo, mas bien sirvió para que el respetable descubriera a un joven y talentoso Johnny Depp que después de que dicho serial se acabara por allá del año 1991 encaminaría una fructífera carrera en el mundo del cine. El hecho es que dentro de la entretenida serie también figuraba otro joven llamado Richard Grieco, ex modelo y mal actor que por sus dotes físicos obtuvo un spin off de su personaje Booker quien también formaba parte del escuadrón juvenil que comandaba el personaje de Depp.

Reparto de la serie Comando Especial (21 Jump Street)
La verdad es que mis recuerdos sobre la serie Booker son algo vagos pero solo tengo presente que Grieco encarnando al joven detective debía resolver ciertos casos donde en ocasiones se presentaba cierta tensión sexual con alguna damisela, por supuesto sorteaba algunos peligros que incluían la rigurosa escena de acción, pero al final se resolvía el caso y punto. Por supuesto la serie solo duro una temporada (1989-1990) y parecía que el futuro de Grieco como actor se terminaría para siempre  y es que la verdad a su servidor nunca termino de convencerlo como histrión este exmodelo por su nula capacidad de cambiar de registros, además de que esas cejas depiladas que se dejaba el susodicho siempre conflictuaban al que esto escribe sobre sus tendencias sexuales (jajaja). Bueno el hecho es que llámenlo suerte, maldición o simplemente la súplica de millones de chicas desbordantes de hormonas que la Warner BROS. produce este titulo llamado Espía por Error en la cual el mencionado Richard Grieco protagonizaba esta comedia juvenil que trata de parodiar el universo de James Bond con resultados algo disparejos o dicho aún mejor  bastante pueriles.

La cinta comienza situándonos en algún montañoso y nevado paraje de Francia en donde después podemos presenciar como se desarrolla una charla dentro de una mansión donde un sujeto llamado August Steranko (Roger Rees), miembro perteneciente al bloque económico europeo discute con su contraparte alemán sobre los motivos que tiene este último para que firme un tratado en el cual le cede el manejo de la economía al primero. Como es de esperar el funcionario alemán repudia los planes de Steranko al calificarlos como actos de traición por lo cual y acto seguido la asistente de August, Ilsa Grunt (Linda Hunt) en la mejor tradición de los filmes de Bond, despliega su collar para ahorcar al canciller y lo elimina. Por supuesto los “malos” no sospechaban que un espía británico llamado Blade (Roger Daltrey) se encontraba en la escena con el único objetivo de eliminar a Steranko, pero como podrán adivinar también es aniquilado (y se suponía que era el mejor espía del IM6, jajaja).

Después y ya en Estados Unidos, el respetable presencia la graduación de unos jóvenes preparatorianos donde figura nuestro protagónico Michael Corben (Richard Grieco), chaval que solo recibe un fólder cuando es informado que ha reprobado una asignatura y ahora tendrá que recursar clases en verano si quiere graduarse; es por este motivo que sus padres mas a fuerza que de ganas le pagan el único curso disponible para terminar el bachillerato, la clase de francés, la cual mas sin embargo se impartirá en la mismísima Francia por lo cual para nuestro cínico Michael (Grieco) este acontecimiento le cae como anillo al dedo para fanfarronear en el extranjero. Empero este evento coincide con un operativo en el cual el gobierno de Estados Unidos también envía a un espía llamado Michael Corben (del cual se desconoce su aspecto físico) a Francia para investigar a Steranko y las extrañas muertes de altos funcionarios de economía de Europa, por lo cual cuando ambos sujetos estan a punto de abordar su avión en el aeropuerto, el espía es descubierto y aniquilado por la letal Ilsa (Hunt), sin embargo ocurre una confusión en la cual el joven Michael (Grieco) toma la identidad del fallecido agente (todo esto gracias a una llamada telefónica) y es enviado a las oficinas del IM6 en el país europeo, por lo cual y sin querer se vera envuelto en la peligrosa misión internacional que tiene como único fin descubrir quien se encuentra detrás de los asesinatos de los secretarios de economía europeos.

Y como podrán leer, este es el argumento de esta irregular comedia que después de revisar hace poco por curiosidad nostálgica, su servidor cayó en la cuenta de por que dicha cinta no terminaba de convencerlo aun siendo un adolescente, y es que el principal problema de esta es un guión el cual además de estar plagado de lugares comunes, igualmente tiene infinidad de situaciones descabelladas y enormes huecos argumentales; por ejemplo los primeros veinte minutos prometen algo de originalidad cuando se desarrolla la confusión sobre las identidades de los Corben, pero pasando este acontecimiento la historia se va al traste cuando comenzamos a presenciar los ingenuos, insostenibles y poco probables decisiones del protagónico (¿de verdad alguien en su sano juicio por muy desvergonzado que fuese aceptaría una misión suicida solo por que le facilitan un deportivo rojo?). Incluso si pasáramos por alto dichas “fallas” es inevitable no sentir sopor a cada paso que toma la historia con esos increíbles e insoportables twist argumentales, aun si tomamos en cuenta que el film esta concebido en mera ficción.

Y es que tal vez el mayor problema de la cinta es que ésta se gesto fuera de tiempo, pues si lo analizamos tal vez una década atrás dicho planteamiento hubiera resultado si tomamos en cuenta que en los años ochentas la sociedad se descubría en demasía cínica  y lo correctamente político brillaba por su ausencia, incluso me imagino ésta Espía por Error con alguno de los Coreys con mejores resultados, jactándose y mofándose de ese universo adulto que reprimía la concepción adolescente, finalmente esa era la tesis de la mayoría de las cintas que protagonizaban Corey Haym y Corey Fieldman; aspecto que aquí no logra cuajar ni mucho menos, y lo peor es que el mensaje final es bastante execrable y patriotero sobre la relación de Los Estados Unidos y el resto del mundo. Por otra parte los guiños (o mofa) al universo Bond también se perciben blandos, sobre todo si tomamos en cuenta que para burlas la propia saga del agente británico se pintaba sola con las sonrojantes cintas que había dejado el otrora actor Roger Moore a finales de los ochentas.

Por tal motivo los mentados gadgets que usa nuestro protagonista como los lentes con visión de rayos x, la goma de mascar explosiva, los tenis con suela adherente, el auto deportivo e incluso el diseño psicológico de los villanos (Steranko no deja de ser en demasía megalómano y sus secuaces disfrutan matar por que si) se perciben como aspectos anecdóticos que no abonan a la trama. Ahora bien en lo referente a los actores, creo que Richard Grieco es un mal protagonista, pues no contiene las herramientas dramáticas para sostener el film (¿mencione que era modelo?), pero lo peor es que aun y con sus carencias interpretativas Grieco tampoco tiene ese carisma de estrella juvenil para arrasar con las masas y se percibe insoportable, motivo por lo cual su Michael Corben se vuelve cargante y no logra conectar con el respetable; de todas formas el guión (de nuevo) no tiene la capacidad de crear ninguna situación de peligro o suspense para con sus personajes, al final sabemos que todo acabara bien para nuestro joven espía, sin embargo tal vez un Johnny Depp hubiera salvado de la mediocridad esta cinta como suele hacerlo aun en productos flojos ¿no creen?

Asi mismo Roger Rees como August Steranko funciona más o menos bien como el malo de la función aunque no deja de ser bastante genérico como los villanos de Bond de la epoca y Linda Hunt como la mortífera Ilsa Grunt sigue el mismo patrón, por cierto y haciendo un paréntesis esta actriz siempre me pareció correcta para este tipo de papeles, quien no la recuerda como la estricta directora escolar de la irregular Un Detective en el Kinder (Ivan Reitman, 1990) que hacia verle su suerte al mismísimo Arnold Schwarzenegger. Ahora bien y para no ser tan injustos diré que Espía por Error tiene algunos momentos que por lo menos hacen reír a su servidor como por ejemplo la escena del hotel donde el personaje de Richard Grieco no puede abrir unos condones para follarse a la letal Areola Canasta (Carole Davis) quien ha sido enviada para eliminar al valeroso espía norteamericano, o las jocosas y no menos estúpidas (por que no decirlo) escenas donde interviene “la maestra de francés” (Robin Bartlett) la cual por lo menos hace más ligero el visionado. Como dato curioso también aparece por algunos momentos Frederick Coffin haciendo por enésima vez de algún alto funcionario del ejército.

Ahora bien en las labores de dirección William Dear no tiene mucho que hacer con el pobre guión y pues más o menos trata de imprimirle ritmo a esta arrítmica cinta que entre trompicones avanza a un final bastante previsible (lo bueno es que el metraje solo dura una hora con veinte minutos, los cuales por momentos se hacen eternos), eso si se agradecen las locaciones europeas que por lo menos le dan un sabor “diferente” a la cinta. Ya para finalizar diré que solo recomendaría ver Espía por Error por simple curiosidad morbosa o para masoquistas seguidores de la obra de Steven Seagal como un servidor (el cual ha desarrollado cierta resistencia a productos netamente excrementables, jajajaja). Como sea este anacrónico film solo sirve para constatar esa época donde surgieron supuestas y prometedoras estrellas juveniles que como el señor Grieco quedaron en el olvido, o en su defecto tuvieron mayor o menor éxito como les sucedió a sujetos como Emilio Estévez, Charlie Sheen, Tom Cruise, Christian Slater, Kieffer Shuterland y un largo etc. que ya no recuerdo.

viernes, 13 de julio de 2012

STEVEN SEAGAL EN: DIFÍCIL DE MATAR

TÍTULO ORIGINAL: Hard To Kill
AÑO: 1990
DURACIÓN: 90 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Bruce Malmuth
GUIÓN: Steven Mckay
FOTOGRAFÍA: Matthew F. Leonetti
MUSICA: David Michael Frank
REPARTO: Steven Seagal, Kelly LeBrock, Bill Sadler, Frederick Coffin, Bonnie Burroughs, Andrew Bloch, Branscome Richmond, Charles Boswell
PRODUCTORA: Warner Bros. Pictures
GÉNERO: Acción.


¿Que Steven Seagal es un sujeto que no ha sabido envejecer con dignidad en su rol de héroe de acción? ¡Por supuesto!. ¿Qué sus últimas cintas son un verdadero insulto a la inteligencia y una prueba de resistencia para con el espectador ante tan fastidiosos planteamientos en sus historias? ¡Claro!. ¿Qué Seagal también ha perdido toda pizca de credibilidad en cuanto a su supuesto pasado como agente de la CIA gracias a decisiones estúpidas en el crepúsculo de su carrera, como realizar una sonrojante serie de TV y su reciente incursión como miembro voluntario de la policia fronteriza de E.U. con México para arrestar inmigrantes? Mejor ni hablar de eso.  Lo cierto es que nuestro ahora pasado de peso amigo de la coleta y experto en artes marciales hace ya veintidós años era una  eminencia del cine de acción, un sujeto que hacia que te cagaras encima con tan solo ver su penetrante mirada lacónica, y si esto no era suficiente sus técnicas de Aikido eran lo bastante letales para acabar con el mal encargado en cualquier representación como policías corruptos, mafias italianas o narcotraficantes; no es gratuito que en algún punto de su irregular carrera (la cual duro lo que una erección, jajaja) el buen Steven haya sido comparado como la fusión entre Eastwood, Bronson y hasta el mismísimo Norris.

Y es precisamente en este periodo (principios de los años noventas) que Seagal encontraba ese nicho de héroe de acción auspiciado por la poderosa Warner BROS. entregándonos cintas de verdadero entretenimiento, llenas de violencia gratuita y decenas de muertes dolorosas a manos del buen Stevie (quien en ocasiones fungía como productor y metía mano en la historia) que incluían quiebre de brazos, tibia, peroné y demás extremidades, (jajaja). El hecho es que en esta etapa de la carrera de Seagal se encuentra ésta fascista y ultraviolenta Difícil de Matar (título que no engaña a nadie), cinta que comienza mostrándonos la investigación de corrupción a varios niveles políticos que realiza al detective Mason Storm (Seagal) cojonudo nombre por cierto jajaja, quien se haya en un callejón grabando en video una especia de complot para asesinar a un senador; desgraciadamente es descubierto y huye, sin embargo los implicados también son policías y descubren la identidad de Storm por lo que esa misma noche planean su asesinato.

Como el respetable podrá inferir nuestro protagonista (que no tiene ni puta idea de que han descubierto su identidad) es emboscado en su propia casa y tanto el como su esposa son masacrados y dados por muertos (cuando estaban a punto de aventarse un polvo, que mala leche ¿no creen?). Empero el hijo menor ha presenciado tan artero crimen pero logra huir de los corruptos policías, horas después un viejo amigo de Storm, el detective Kevin O´Malley (Frederick Coffin en un papel que le queda como anillo al dedo) lamenta los hechos pues conocía la reputación de Mason y no puede creer que su muerte tenga que ver con ajustes de cuentas entre traficantes de droga como lo han hecho ver las supuestas investigaciones del departamento de policía, las cuales apuntan a que el fallecido agente se encontraba involucrado en dichos eventos.

El hecho es que cuando todos han partido y dan por muerto a Storm, resulta que (¡adivinaron!) este sobrevivió pero ha entrado en un estado de coma y el único que se entera de esto es O´Malley (Coffin) quien en aras de resguardar la integridad de este le ordena al cuerpo médico que no digan nada y se informa que efectivamente el sujeto ha fallecido. Años después (exactamente siete) descubrimos que Vermon Trent (William Sadler) se ha convertido en senador de los Estados Unidos, y que es el sujeto que aparece en el video que Storm grabo y escondió antes de ser atacado, el cual planeo el asesinato de otro aspirante al mismo puesto para quedarse con este. Por supuesto O´Malley retomo durante todo este tiempo las investigaciones de Storm para encontrar a los involucrados, desgraciadamente es amedrentado y el caso es cerrado.

Sin embargo y para desgracia del senador Trent (Sadler) y su compinches, Mason Storm (Seagal) ha despertado de su prolongado letargo y su único objetivo es el de cargarse a los que mataron a su esposa e hijo (del cual desconoce aun vive bajo la tutela de O´Malley), esto con la ayuda de la enfermera Andy (hermosa Kelly LeBrock) quien inexplicablemente se enamora de nuestro protagonista por lo cual se encarga de atenderlo como se es debido para que sanen sus heridas por lo cual vemos el respectivo acoston entre esta y el lacónico Storm (jajaja), y haciendo un paréntesis debo decir que esto ha llevado a reflexionar al que esto escribe sobre algunos puntos algo lúgubres sobre nuestro protagónico como que; numero uno) Steven Seagal hace veinte años era un tipo rudo que montaba buenas coreografías de acción pero era pésimo para las escenas sexuales como queda constatado en esta cinta; y punto numero dos) Steven Seagal ahora es un regordete que produce pena ajena cuando quedan expuestas sus limitaciones físicas para las escenas de acción y lo peor es que sigue siendo aun más patético para las escenas sexuales, las cuales ahora las realiza con chicas veinte años más jóvenes que el.

Bueno retomando el análisis y sin divagar más diré que el ahora resucitado Mason Storm (Seagal) se prepara física y mentalmente con el único objetivo de eliminar a la escoria que acabo con su vida (sesiones de sanación con métodos orientales incluidos), limpiar su nombre y de paso quedarse con la chica del vestido rojo (LeBrock), ¡ah! y recuperar a su hijo al cual creía por muerto. Y básicamente este es el argumento de esta entretenida cinta la cual descubre sus mejores momentos en las pericias físicas del buen Stevie quien en este su segundo film demuestra de nueva cuenta que es el terror de los malos cuando de aplicar  su propia ley se trata (aunque para esto rompa las propias leyes, jajaja). Como sea, Steven Seagal sigue la misma línea interpretativa que desarrolló en Above the Law (Andrew Davis, 1988) mostrándose como un sujeto impávido, rudo e inexpresivo, el cual más sin embargo saca provecho de su personalidad y presencia física para contrarrestar sus limitaciones histriónicas, de ahí que las escenas donde este se despacha mano a mano a sus rivales es lo mejor del film, si no basta con visionar la escena que se desarrolla dentro de un mini súper donde Storm aniquila a cinco sujetos que intentaban robar el lugar (aunque el encargado del mismo perece en el conflicto, jajaja).

Por otro lado los malos de la función son simples arquetipos que estan ahí para que Seagal les patee el trasero gustosamente, ya saben como es esto, dentro del séquito de policías corruptos nunca falta el oriental que pretende apantallar al protagónico con una rutina de movimientos artemarcialistas que al final no le servirán de nada cuando el rudo de Stevie le aseste dos manotazos y párale de contar, por supuesto tampoco falta el jefe de estos, un sujeto bastante pedante ataviado con traje de vestir y botas vaqueras llamado Jack Axel (Charles Boswell), al cual por lo despreciable de su diseño psicológico el respetable agradece cuando Storm se lo despacha (sublime el momento en que Seagal le clava un taco de billar en el cuello). Por supuesto Kelly LeBrock quien por cierto y mención aparte siempre represento una fantasía sexual para su servidor en su adolescencia con aquellos filmes de culto de los años ochentas llamados La Mujer de Rojo (Gene Wilder, 1984) y Ciencia Loca (John Hughes, 1985), bueno aquí hace solo de mujer accesorio para mostrar su belleza física punto; y por último Frederick Coffin como el compañero leal de Storm cumple su cometido de mentor como era costumbre en sus interpretaciones y a media trama también se lo despachan.

Por supuesto hay que hacer mención que la cinta cuenta con la dosis perfecta de violencia, algunos toques de mala leche y por supuesto un discurso políticamente incorrecto que ya no se ve en estos días (presenciar como Storm le mete por la boca una escopeta a un senador de los Estados Unidos es algo sublime, jajaja) y que sin duda recuerda a títulos añejos de los años setentas y ochentas que protagonizaron estrellas como Charles Bronson, Clint Eastwood y Chuck Norris, los cuales indudablemente se percibieron como reflejos socioculturales de la ciudadanía norteamericana a las diversas administraciones como la de los presidentes Nixón y Reagan. Empero algunos planteamientos maniqueos en la mayoría de las producciones (como las de Norris por ejemplo) hacían que dichos trabajos solo se convirtieran en vehículos catárticos y de evasión pues no llegaban a ese nivel de análisis y disección discursiva que planteo por ejemplo Martin Scorsese en su lúgubre y pesimista Taxi Driver (1976). 

Es por este motivo que  la llegada de Seagal a los terrenos del cine de acción no deja de descubrirse algo anacrónica (no es casualidad que Eastwood abandonara a su Harry Callahan a mediados de los años ochentas pues la formula se encontraba gastada), aunque su servidor debe aceptar que descubrir en su infancia al supuesto ex agente de la CIA convertido en actor fue realmente esperanzador (jajaja) sobre todo por que al que esto escribe le fascinaba esa manera tan violenta y dolorosa de ajustar cuentas con los delincuentes (la aplicación del Aikido), aspecto que le abrió mercado al hosco Seagal, cosa que no pudo conseguir por ejemplo Jeff Speakman (otro inolvidable de su servidor y del cual pronto escribirá).

Ya para finalizar diré que el director Bruce Malmuth hace un trabajo decente en cuanto a puesta en escena, manejo de ritmo y demás aspectos técnicos que hacen que la cinta fluya, sin embargo el guión tiene tremendos boquetes que hasta el espectador menos avispado notara como por ejemplo ¿Por qué nadie reviso la casa de los Storm para buscar  y encontrar el video (con cámara incluida) donde se encontraba el senador Vermon Trent? o por que nadie indago el paradero del hijo de Storm cuando este era el único testigo del asesinato de sus padres?. Como sea la segunda cinta del señor Steven Seagal se deja ver y va forjando la corta efectiva carrera de héroe de acción (pues no puedo considerar la última veintena de cintas de este ni como meros placeres culpables), la cual vería su punto cúspide en aquella entretenida Alerta Máxima (Andrew Davis, 1992) cinta que plagia varias ideas de la ya clásica Duro de Matar de John McTiernan de 1988.

Asi que estimado lector si usted gusta del buen cine de acción (o por lo menos del verdadero y añejo cine de acción con todas sus deficiencias y logros) no se pierda esta Difícil de Matar la cual cumple su principal función que es entretener, y se los dice su servidor que para este análisis la ha revisado hace unos días con treinta y tantos años a cuestas la misma  y aun le ha divertido.




jueves, 5 de julio de 2012

UN DIOS SALVAJE de Roman Polanski

TÍTULO ORIGINAL: Carnage
AÑO: 2011
DURACIÓN: 79 min.
PAÍS: Francia DIRECTOR: Roman Polanski
GUIÓN: Roman Polanski, Yasmina Reza (Obra: Yasmina Reza)
FOTOGRAFÍA: Pawel Edelman
MUSICA: Alexandre Desplat
REPARTO: Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster, John C. Reilly
PRODUCTORA: Coproducción Francia-Polonia-Alemania-España; France 2 Cinema / Versatil Cinema /Constantin Film Produktion / SBS Productions / SPI Poland
GÉNERO: Drama. Comedia.



Un grupo de chicos juegan en las afueras de un parque cuando de pronto parece que dos de ellos comienzan a discutir y uno de estos toma un palo para atizarle un golpe certero en el rostro a su contrincante. Acto seguido (ahora dentro de un departamento) un matrimonio conformado por Penélope (Jodie Foster) y Michael (John C. Reilly) redactan un acta de hechos sobre lo ocurrido a su hijo Ethan (Eliot Berger) quien después de haber recibido la agresión del otro chico perdió varios dientes, esto lo realizan con la finalidad de que los padres de Zachary (el chico agresor), Alan (Christoph Waltz) y Nancy (Kate WInslet) lean dicho documento y lo firmen de conformidad para que de algún modo sirva como una especie de acto de civilidad para reprender a su progenitor.

Sin embargo el matrimonio Cowan (Waltz y Winslet) toma este suceso con demasiado desenfado provocando que Penélope (Foster) comience a cuestionar la moral de estos y  por ende la forma en que educan a su vástago; es por este motivo que Nancy Cowan (Winslet) tratando de suavizar el asunto convence a su esposo Alan (Waltz) para que acepten el café que el matrimonio Longstreet (Foster y Reilly) les ofrecen para dialogar con más calma sobre dicho asunto. Empero en determinado momento la aparente y tranquila charla se va tornando en un rijoso y candente intercambio de ideologías donde los diversos puntos de vista que bordan temas tan complejos como la ambigüedad, hipocresía y frivolidad  moral, asi como esa constante lucha fútil entre las clases sociales o incluso las problemáticas que forja la desigualdad de género, convierten al film en un escabroso y concluyente estudio sobre la condición humana, el cual por supuesto esta aderezado de un exquisito humor negro que provoca que el espectador tenga esa catarsis emocional ante tan lúgubre panorama.

Es asi como un octogenario y lúcido Roman Polanski rueda la que es tal vez su cinta más potente, ágil y certera a nivel narrativo, pues si tomamos en cuenta que solo existe un escenario en toda la cinta (el interior del departamento de los Longstreet), es la maestría del director francés lo que permite exprimir y converger de manera magistral un guión con perspicaces y mordaces diálogos respaldados en certeras actuaciones,  provocando que el filme camine como maquinaria de reloj, de ahí que los diversos cuestionamientos ideológicos que se vierten a través de esos personajes imperfectos, hipócritas y por momentos deliciosamente patéticos (los cuales no por eso dejan de percibirse en demasía reales y honestos) se asienten como puñetazos en la cara pues estos no se presentan edulcorados o manidos, y lo mejor es que estos razonamientos que realiza el director y su guionista (Yasmina Reza) no pretenden educar, si no por el contrario solo se encargan de lanzar las diversas controversias para que el espectador las procese desde su punto de vista.

Es por este motivo que uno de los puntos más importantes del film es el guión, pues este guarda en ciertos momentos de su desarrollo ciertos artificios narrativos que mantienen bien cohesionada la interacción y toma de decisiones de sus personajes, de ahí que estos nunca abandonen el único escenario con el que cuentan como si una fuerza intangible los mantuviera dentro; lo que indudablemente comienza a transfórmalos en seres primitivos haciendo que aflore su verdadera naturaleza y exaltaciones, excitando que los buenos modales queden de lado, algo asi como lo que pasa en El Ángel Exterminador (Luis Buñuel, 1962). Asi mismo la construcción de personajes es encomiable, por una parte encontramos al matrimonio Longstreet interpretado por Jodie Foster y John C. Reilly, quienes representan esa supuesta liberalidad y sentido crítico de la clase media, pero conforme se enfrentan en ese debate ideológico con sus contrapartes, los burgueses Cowan (Kate Winslet y Christoph Waltz), estos se descubren iguales mientras se  desquebrajan sus caretas.

Eso si hay que hacer mención que los cuatro actores bordan sus papeles, primeramente la dupla Foster/Reilly logran encarnar con gran naturalidad a un matrimonio que sustenta su existencia en los valores familiares como la honestidad y la justicia, ella escritora frustrada encargada de una librería llena de ideales revolucionarios, el vendedor de productos de fontanería con cierto dejo de autocomplacencia en su existencia ante una vida cómoda. Por su parte el tándem Winslet/Waltz también logran mimetizarse con sus papeles, ella interpreta a una inversionista algo frívola entusiasta de los perfumes y ropa de marca, el un abogado con nulo sentido de la moralidad vinculado a su celular para resolver con este sus pendientes laborales, como si el pequeño aparato tecnológico sustentara su existencia. Cabe hacer mención que Waltz es quizá el actor que aprovecha mejor su papel llevándolo a niveles de tal desfachatez que su Alan Cowan se convierte en el personaje más atractivo tanto por su repugnancia moral y poco sentido de la honestidad, el cual más sin embargo y paradójicamente tal vez se descubre como el sujeto más honesto dentro de esas cuatro paredes.

Es asi como Waltz de nuevo muestra sus dotes histriónicos y va increscendo a cada momento en una actuación portentosa, llena de matices, la cual al final desemboca en la materialización de un        personaje casi bufonesco el cual refuerza ese aire sarcástico con el cual esta impregnado el film, si no basta con ver la escena en la cual Alan Cowan (Waltz) pierde su celular a manos de su mujer (Winslet) quien harta de escucharlo hablar por este y no hacerle caso lo sumerge en un vaso con agua, acto seguido la humanidad del autócrata abogado queda reducida a nada cuando su vida se ha ido literalmente al caño pues resulta que todo sus pendientes los tenia anotados en el mentado celular, es asi como esta escena demuestra de nueva cuenta ese sentido crítico a los procesos de despersonalización del sujeto, sin embargo también hay que hacer mención que aunque el mensaje es contundente el humor empleado es tan sardónico que el respetable se parte de la risa ante tan ominoso resultado.

Ya para finalizar diré por supuesto que la dirección del señor Polanski es maciza como siempre, controla la puesta en escena y su dirección de actores es portentosa, sin embargo no puedo de volver a mencionar que esa fluidez narrativa que desarrolla en un solo escenario es sorprendente y es de los aspectos más sorprendentes del film,  pues el espectador jamás se fastidia y esos 79 minutos que dura el miemo se pasan como agua. Personalmente puedo decir que Un Dios Salvaje me ha gustado bastante por lo accesible de su visionado pero sobre todo por que su discurso aunque se percibe bastante digerible en primera instancia, posteriormente deja esa sensación de incomodidad o retroalimentación (depende de cada espectador) cuando ha terminado la cinta.

Asi que estimado lectores si ustedes quieren disfrutar de una comedia negra hasta el tuétano, con disertaciones filosóficas maduras sobre la condición humana y unas actuaciones portentosas no deben perderse Un Dios Salvaje, pues les aseguro que no se decepcionaran, ahora que si lo que quieren es presenciar un material también sobre lo lúgubre de la naturaleza humana, eso si más denso y por momentos escalofriante pero también desarrollada en un escenario, pueden ver La Muerte y la Doncella (1994) igualmente del gran Polanski, cinta que curiosamente del mismo modo es una adaptación cinematográfica de una obra de teatro, asi que no hay excusa para no ver buen cine.