sábado, 1 de junio de 2013

EL IMPLACABLE (GET CARTER) de Stephen T. Kay

Título original: Get Carter
Año: 2000 
Duración: 103 min. 
País: Estados Unidos
Director: Stephen T. Kay 
Guión: David McKenna, Stephen T. Kay (Novela: Ted Lewis) 
Música: Tyler Bates 
Fotografía: Mauro Fiore
Reparto: Sylvester Stallone, Mickey Rourke, Michael Caine, Miranda Richardson, Rachael Leigh Cook, Alan Cumming 
Productora: Morgan Creek Productions Inc. / Franchise Pictures present a Franchise Pictures / Cannon Company Production 
Género: Acción | Remake 


A estas alturas del partido mencionar que Stallone ha realizado proyectos realmente excrementables y desdeñables a lo largo de su prolija carrera cinematográfica es demasiado obvio, incluso el histrión contará con un gran séquito de detractores que lo consideren una falla en el sistema, ese cáncer que tanto daño hace a Hollywood, sin embargo su servilleta también considera que el buen Sly forma parte de ese cine comercial que se necesita cuando uno solo quiere pasar un buen rato disfrutando de un decente y honesto cine de género; y  es que si hay algo que reconocerle a Stallone es que como su alter ego Rocky Balboa, este nunca se da por vencido ante las adversidades. De ahí que también este amigo de vez en vez nos sorprenda con alguna cinta de acción bien hecha como las solventes Riesgo Total (Renny Harlin, 1993) o El Demoledor (Marco Brambilla, 1993), o en tiempos recientes sus dos Indestructibles (2010, 2012) y John Rambo (Stallone, 2008), títulos que sin lugar a dudas ya se encuentran en los anales del culto.

Pues bien El Implacable (o Get Carter) es una cinta que su servidor podría clasificar entre los trabajos menos valorados de Stallone pues sin ser una maravilla, el film tampoco llega  a los penosos niveles (aceptémoslo) de títulos como Driven, mierda dirigida por el propio Renny Harlin en 2001  (¿quién lo diría cuando casi diez años atrás realizaba una de la mejores cintas de acción en su filmografía), Para o mi Mamá Dispara (Spottiswoode, 1992) o Dredd (Cannon, 1995). Y es que en El Implacable aunque Stallone no rompe del todo el molde de tipo rudo que casi siempre interpreta en sus cintas, es esa ambigüedad moral de su personaje lo que hace atractivo al mismo en este título, al tiempo que se hace acompañar de dos actores de lujo en papeles secundarios como un grandioso Michael Caine que aprovecha cada momento en escena y un Mickey Rourke como un villano que bien pudo estar mejor definido, pero en fin ¿qué le hacemos?.

La historia va de un matón a sueldo llamado Jack Carter (Stallone) el cual trabaja en Las Vegas cobrando los préstamos de su jefe (un mafioso de la ciudad), Carter es un sujeto refinado que siempre se encuentra ataviado con trajes elegantes, aspecto que no le impide en lo más mínimo patear algunos traseros para realizar su trabajo (como podemos constatar en la primera secuencia que abre el film), sin embargo nuestro protagonista decide hacer una pausa de dos días en su itinerario pues su cuñada (Miranda Richardson) le ha comentado que su hermano mayor ha fallecido. Total que Jack sale de la ciudad y se dirige al funeral de su difunto hermano (con el cual no tenía mucha relación a últimas fechas) y por supuesto al preguntar el motivo del deceso, su cuñada (Richardson) le explica que la causa fue un accidente automovilístico causado por la ingesta desmedida de alcohol.

Sin embargo Jack no se traga este argumento ya que conocía muy bien a su hermano y decide investigar qué fue lo que paso realmente, por lo cual asiste al trabajo de este donde se entrevista con Cliff Brumby (Michael Caine), quien fuera el patrón de su hermano; y el sujeto que parece un tipo bastante amable y decente también le dice a Jack (Stallone) que su pariente era un individuo tranquilo, mas sin embargo a últimas fechas comenzaba a notarse algo raro, tal vez porque tenía una aventura con una chica llamada Geraldine (Rhona Mitra). 

Por supuesto Carter toma con reservas la información y va en busca de la mencionada chica, lo que llevara a nuestro protagonista a adentrarse en el sórdido mundo de la pornografía cuando descubra que Geraldine es solo la punta del iceberg en este basto negocio, el cual administra un viejo conocido de Carter, Cyrus (Mickey Rourke) un rival de tiempo atrás con el cual no pudo ajustar cuentas, pero que ahora no tendrá más remedio que volver a enfrentarlo cuando también descubra que este ha involucrado a su sobrina Doreen (Rachel Leigh Cook) en su negocio al descubrir un disco que guarda un perturbador secreto.

Como podrán leer respetados lectores la trama de este filme que dirige  correctamente el director Stephen T. Kay (más acostumbrado a trabajar en televisión), tiene un barniz de cierta originalidad en una trama de venganza  que podría considerarse más un thriller que un filme de acción (del cual no hay mucho a excepción de dos o tres peleas cuerpo a cuerpo bien resueltas y una secuencia de automóviles bastante inspirada), aspecto que de nuevo muestra esa inquietud de Stallone por participar en proyectos más complejos a nivel argumental como fue el caso de su filme anterior Tierra de Policias (Mangold, 1997). De ahí que el intérprete de Rocky apuesta más por la encarnación de un personaje más complejo a nivel psicológico como es este Jack Carter, más sin embargo encontramos que el principal problema de la cinta no es por momentos la irregular actuación de Stallone (en verdad se esfuerza por mantener un registro más amplio al que nos tiene acostumbrados en otras producciones), sino un guión que no termina de definir totalmente a sus personajes y los deja solo en esbozos de lo que pudieron ser; por tal motivo el personaje con motivaciones realmente reconocibles es el de Stallone, el cual actúa por venganza y redención.

Así pues el motor de la trama está representado en la relación paterna filial que se suscita entre Carter (Stallone) y Doreen (Leigh Cook) por lo cual resulta interesante hallar que la historia nos regala una vuelta de tuerca que hace que la historia no se antoje tan plana en su resolución. Por supuesto la manera en que el director Stephen T. Kay nos cuenta la historia es de la manera más básica posible, el típico planteamiento de A+B=C; por lo cual veremos a Stallone interrogando a algunos personajes y recetándoles su ración de mamporros como el solo sabe hacer, pasando por mafiosos que su propio jefe le ha enviado por descubrir que se acostaba con su esposa (la aparición de John C. McGinley como ajustador de cuentas es más un cameo que otra cosa), hasta llegar a la confrontación algo descafeinada con el personaje que interpreta Rourke. Y es que no es el hecho de que el enfrentamiento físico entre estos se perciba corto y casi insustancial, incluso el detalle de ver a un Stallone disminuido en fortaleza física mientras Rourke le patea el trasero es de agradecerse, sin embargo su servidor considera que faltó más enfrentamiento verbal entre ambos para desarrollar de forma creíble la supuesta rivalidad de años atrás entre estos.

Incluso los pocos diálogos que estos cruzan no tiene la garra necesaria para reforzar el aspecto emocional que mencionaba anteriormente (las cuentas pendientes), empero el recorrido que Carter hace por la sinuosa y lluviosa ciudad de Seatle (su viejo hogar y lugar donde se desarrolla la trama) se descubre como es viaje existencial donde se confronta así mismo con su pasado en busca de redención, de ahí que hay que reconocer el tino que han tenido los realizadores al dotar a la ciudad en otro personaje más, pues este aspecto refuerza el estado mental del protagónico, por lo cual el apartado visual está resuelto bastante bien con una puesta en escena correctamente montada que incluye en ocasiones la implementación de cortes rápidos de cámara y una notable fotografía en tonos fríos.

Ahora bien en lo referente a las interpretaciones, decir que el performance de  Stallone como mencionaba anteriormente, no me parece malo (aunque a veces se nota que se esmera demasiado) y resuelve muy bien su personaje como mafioso, esto en parte también a su notable aspecto físico, el cual se percibe bastante duro y por supuesto por la vestimenta de tipo chulo que utiliza. Por tal motivo su servidor apunta que Stallone no tiene mayor problema en sostener el filme sobre sus hombros. Por supuesto la interpretación de Rourke sin ser una maravilla también sale bien librado más que nada por su personalidad que por otra cosa, y por supuesto la breve aparición del señorón Caine dota de cierta legitimidad al proyecto con todo y que solo sale dos o tres escenas junto a Stallone, las cuales son suficientes para demostrar que es un gran actor.

Y por último las actuaciones de Miranda Richardson, Rachel Leigh Cook y Alan Cumming son bastante genéricas por lo mal planteado de sus personajes en papel. Así que siendo justos puedo decir que El Implacable no es esa mala cinta de la que siempre se habla, pues como comento tiene ciertos detalles que la salvan de ser un bodrio, desgraciadamente un guion confuso y el momento en el que se estrenó (la carrera de Stallone en picada) le han dado esa fama de un mal film (eso si el final tipo Happy ending me sigue causando dolor en la punta del hígado). Así que recomendada para seguidores de Stallone con mente abierta (no hay tantas escenas de acción y hay más diálogos) y para quien sienta cierta curiosidad por revalorar dicho titulo.









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