miércoles, 20 de noviembre de 2013

THOR, UN MUNDO OSCURO de Alan Taylor

Título original: Thor, The Dark World
Año: 2013
Duración: 112 min.
País: Estados Unidos
Director: Alan Taylor
Guión: Christopher Yost, Christopher Markus, Stephen McFeely, Robert Rodat, Don Payne (Cómic: Jack Kirby, Stan Lee, Larry Lieber)
Música: Bryan Tayler
Fotografía: Kramer Morgenthau
Reparto: Chris Hemsworth, Natalie Portman, Anthony Hopkins, Tom Hiddleston, Christopher Eccleston, Idris Elba, Kat Dennings, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Jaimie Alexander, Tadanobu Asano, Stellan Skarsgård, Ray Stevenson, Alice Krige, Zachary Levi, Chris O'Dowd, Stan Lee Productora: Marvel Entertainment / Marvel Studios/
Genero: Fantastico.



Después de haber participado en los eventos de Nueva York junto a Los Vengadores (Whedon, 2012), ahora Thor (Chris Hemsworth) comanda al ejército de Asgard para salvaguardar la paz en los nueve mundos (la primera batalla mostrada donde aparece el protagónico es inspiradora por lo bien llevada a nivel narrativo y visual), de ahí que el poderoso hijo de Odín (Anthony Hopkins) haya dejado la tierra por un periodo de más de dos años. Mientras tanto en la tierra, específicamente en Londres, la doctora Jane Foster (Natalie Portman) trata de olvidar su fugaz romance con el ya mencionado hijo de todo y deja de lado un poco su profesión. Sin embargo cuando Jane es contactada por su colega, la siempre simpática (y guapa) Darcy Lewis (Kat Dennings) para informarle que han aparecido varias lecturas  que indican que algo grande esta por pasar en la tierra (similares a cuando Thor llego a la misma la primera vez), pues la doctora Foster en su investigación encuentra un pasaje tridimensional y se expone a una poderosa fuerza que pone en peligro a la propia humanidad.

Más adelante descubrimos que dicho poder cohabita en el mundo oscuro (uno de los nueve), lugar donde habitaban malignos seres llamados Elfos oscuros, los cuales eran comandados por su líder Malekith (Christopher Eccleston) hace miles de años cuando fueron vencidos por el padre de Odín y el ejército asgardiano en una cruenta batalla cuando este quiso hacer uso de el para destruir el universo (¿) puesto que cada cierto tiempo los planetas se alinean y brindan poder ilimitado para quien manipule el Ether (el espectro que entra en Jane Foster). Por tal motivo ahora Thor lleva a Jane a Asgard para que pueda ser curada de su condición, sin embargo y por arrogancia de Odín (pues piensa que los elfos han sido eliminados para siempre), pues el Ether despierta de su letargo a Malekith, por consiguiente este buscara de nuevo manipularlo para cumplir su cometido, ya que los nueve mundos se volverán a alinear, por lo cual Thor intentara detenerlo a toda costa para salvar la vida de su amada y de paso evitar la eliminación del universo aunque de ello dependa aliarse con su hermano Loki (Tom Hiddleston) para lograr dicho cometido.

Primeramente debo decir que nunca fui fan de Thor en cuanto a leer las novelas gráficas, pues difícilmente su servidor se sentía identificado con el semidiós en cuanto a las barrocas y grandilocuentes tramas que planteaban en sus aventuras el tándem Jack Kirby-Stan Lee (una deidad omnipotente con problemas existenciales que recitaba a Shakespeare no era muy atractivo), sin embargo la primera adaptación cinematográfica de la mano de Kenneth Branagh me pareció una muy correcta cinta que encontraba sus mejores momentos en unas solventes interpretaciones, una historia despojada de cualquier pretensión y la inserción de un humor que sin llegar a ser camp equilibraba la trama (la exploración y desarrollo de sus personajes era más que correcta), así como la siempre eficiente dirección del realizador inglés y un antagónico con carisma. Pues bien esta segunda entrega sigue la misma suerte de la primera, aunque para un servidor esta secuela  se encuentra un escaño debajo de la del realizador británico, y es que aunque la primera parte sentó bastante bien las motivaciones de los personajes, parece ser que para los guionistas de este filme fue más que suficiente, motivo por lo cual la cinta del apto realizador Alan Taylor (Los Soprano, Mad Men) solo esboza una ínfima trama para hacer caminar (eso sí de manera eficaz) una historia que apuesta por la capacidad y carisma de sus intérpretes; y por supuesto a un gran despliegue de efectos visuales para dejar satisfecho a los menos exigentes.

Y es que aunque la cinta nunca se percibe aburrida, si existen pasajes como los de Asgard que se vuelven algo lentos, provocando que el espectador por momentos se desconecte de la trama (pues estos se vuelven redundantes y no llevan a ningún lugar). Incluso aun pasando por alto algunos huecos en el guion (parece ser demasiada obvia la resolución del segundo acto para enlazarse con el clímax final cuando Thor y Jane regresan a Londres), es inevitable no percibir una sensación de que las cosas se tornan algo apresuradas para llegar a un tercer acto lleno de excesos visuales que si bien no molestan (por qué Taylor sabe cómo contar la historia), al final del visionado también es ineludible percibir una sensación de olvido cuando se prenden las luces de la sala. Incluso las propias motivaciones de Malekith parecen algo risibles aun y cuando pudieran parecer bastante nihilistas, y es que este villano daba para más juego al enfrentar a Thor, pues este representaba una verdadera amenaza; algo así como el Brainac de Superman, una némesis que pone al último hijo de Kriptón en verdaderos problemas.

Empero tanto el realizador como los actores tiene el empaque suficiente para sacar a flote la cinta, es así como encontramos a un Chris Hemsworth más cómodo y seguro en su papel del hijo de Odín, por lo cual logra balancear adecuadamente los momentos que ocupan más carga dramática y por supuesto sale bien parado para los pasajes con algo de humor (como ya sucediera en la primera parte), así mismo Natalie Portman hace lo propio y destila gran química junto a Hemsworth, al tiempo que ambos actores dotan una gran vis cómica. Por supuesto los actores de apoyo como Anthony Hopkins, Rene Russo, Idris Elba, etc, se perciben comprometidos en sus roles y no tienen mayor problema en dotar de credibilidad a sus personajes, por lo cual también les aportan continuidad a los mismos (mención aparte merecen Stellan Skarsgård y Kat Dennings que figuran como esos comic relief en la cinta). Sin embargo es indudable que Tom Hiddleston por momentos gana cierto protagonismo gracias a la encarnación de su Loki (aspecto que se notaba desde Los Vengadores), gracias a que por momentos este cuenta con las mejores líneas y la naturaleza sumamente ambigua de su origen le hacen más interesante que el propio Thor.

Es así que de algún modo cuando la historia comienza mostrar signos de cierto cansancio narrativo, entra en escena Loki para inyectarle una bocanada de aire fresco a la misma. Por supuesto Tom Hiddleston es quizá el descubrimiento más grato en las cintas del universo Marvel (como Downey Jr. y su Iron Man), pues el histrión se percibe bastante mimetizado y comprometidocon su alter ego, de ahí que su Loki desborde gran carisma, aun y cuando sabemos que sus motivaciones solo buscan dañar a nuestro protagonista. Ahora bien y como comentaba en un inicio, la pericia narrativa y el estilo visual con el cual dota el director Alan Taylor al film aporta fluidez al mismo, por lo cual la cinta se vislumbra como un entretenido blockbuster que por supuesto no dañara la inteligencia del respetable pues su sencillez y falta de pretensiones (más que la de hacer pasar casi dos horas de sano esparcimiento) hacen que esta cinta se torne bastante digerible. 

Así que efectivamente Thor, Un Mundo Oscuro entretiene, pero resulta bastante olvidable después de su visionado, no hay imágenes poderosas que queden en la mente cuando se prenden las luces de la sala de cine, pudo haber sido mejor con un guion mejor estructurado y un compendio de pathos que dotaran de más profundidad a los personajes. En fin una oportunidad desperdiciada.