jueves, 29 de enero de 2015

CINE DE CULTO: ROBOCOP III de Fred Dekker



Título original: Robocop III
Año: 1993
Duración: 104 min.
País: Estados Unidos
Director: Fred Dekker
Guión: Fred Dekker & Frank Miller
Música: Basil Poledouris
Fotografía: Gary B. Kibbe 
Reparto: Robert Burke, Nancy Allen, Rip Torn, Remy Ryan, John Castle, Jill Hennessy, CCH Pounder
Productora: Orion Pictures
Género: Acción.

Hace tiempo que su servidor no tenía la oportunidad de escribir nada en este espacio (ya sea por tiempo o por el desarrollo de otros proyectos), sin embargo cierta tarde que contemplaba el televisor (ok pantalla para no leerme tan arcaico) y cambiaba de canal para encontrar algo de cierto interés, pues resulta que pasarían Robocop III y pensé, ¡tengo que verla de nuevo!, hace tiempo que no me reencontraba con este personaje tan fascinante (y trágico por partes iguales), al tiempo que  mis recuerdos de infante siempre han guardado buenos evocaciones al respecto. Y es que es inevitable no resaltar que Robocop es quizá uno de los personajes cinematográficos más icónicos que se hayan gestado, y todo gracias a ese discurso incisivo sobre la manipulación mediática, el capitalismo y la corrupción.

Aspectos que se meten en la conciencia del espectador gracias a ese vehículo visual tan poderoso que logro filtrar su visionario director Paul Verhoeven a través de un lenguaje ocular que tomaba la violencia más explícita como la materialización del mensaje que se quería expresar. Por supuesto en su momento algunos neófitos solo pudieron ver una cinta de acción o ciencia ficción plagada de violencia descarnada, pasando por alto esa exquisita degustación  del  platillo intelectivo que el director holandés nos había regalado; empero la cinta con el paso del tiempo ha envejecido excelente pues es una obra bien consolidada y arriesgada que aún es nuestros tiempo se percibe osada.

Pues bien centrándonos en la tercera aventura del maltrecho oficial Alex J. Murphy (ahora interpretado por Robert Burke), está ahora nos plantea un futuro no menos distópico que las anteriores (al parecer la visión pesimista sobre la condición humana y las instituciones que conforman esta, se descubre como la basa en la cual  Frank Miller soporta su tesis) y ahora la multipoderosa OCP trama construir grandes centros habitacionales, pues su director corporativo (Rip Torn) ha hecho alianzas con una multinacional de oriente llamado Kanemitsu (Mako), por lo cual de no desalojar a los habitantes de varios barrios del  viejo Detroit podría causar pérdidas millonarias. De ahí que Rip Torn contrate una especie de policía "pacifista" cual cascos azules para ayudar a las labores de desalojo, estos a cargo de Paul McDaggett (John Castle) quien con sus no muy tiernos métodos despojan a los habitantes de sus hogares.

Por si esto no fuera poco la debilitada policía de Detroit sigue en su lucha constante con la delincuencia, la cual por momentos parece rebasarlos en armamento y cantidad, por lo cual Robocop (Burke) sigue siendo una pieza fundamental para el combate de esta. Desgraciadamente cuando su compañera Anne Lewis (Nancy Allen) perece en un enfrentamiento ante el pequeño ejército de McDagget, Murphy decide unirse al reducido grupo de rebeldes que defienden sus hogares, aunque esto signifique romper varias de las directrices que la propia OCP ha implantado en el cerebro de nuestro protagonista y tomar venganza en nombre se su compañera de policia. Como usted podrá darse cuenta y si ya vio las anteriores entregas del héroe metálico, podrá inferir que el arco argumental no contiene nada nuevo bajo la manga, de nuevo se muestra la batalla eterna entre el bien y el mal) y está a años luz de sus predecesoras tanto en fondo como en forma, sin embargo y aunque algunos elementos que caracterizaban a la original aún se conservan aunque en menores dosis (como el humor negro y la ambigüedad moral de los personajes), debo decir que esta entrega da un bajón considerable en cuanto a la calidad de las dos anteriores, ¿la razón?, pues resulta que Fred Dekker no es Paul Verhoeven, y por supuesto ni a Dekker ni a la Orion Pictures les interesaba hacer una obra memorable, sino más bien sacar un poco de pasta extra por la imagen del icónico personaje y la comercialización de la misma.

Motivo por el cual se inserta un personaje infantil que funge como sidekick de Robocop (una pequeña niña de unos 10 u 12 años que es experta en programación), de ahí que las clasificaciones R1 y R2 quedan diluidas y esta cinta se vuelve más accesible para toda la familia. Incluso y pasando por alto este inconveniente (bueno creo que no se puede), se podría decir que esta cinta es más como un comic llevado a la gran pantalla pero mal ejecutado, ¿por qué? Pues bueno tenemos como primer punto el personaje de la niña, el cual ni de broma encajaría en el universo hiper violento creado por Verhoeven cinco años atrás. Segundo punto, el villano (bueno la contraparte de nuestro héroe) un robot samurái (el cual con más presupuesto y un tratamiento más serio de personaje hubiese resultado más jugoso) es desaprovechado y solo se percibe como una de tantas ideas que no se llegan a ningún puerto, y por supuesto el tono de la cinta ya deja de lado la zozobra de las situaciones que suponen ser peligrosas. Por otro lado si hubiese algo rescatable en este aspecto, su servidor, sujeto con alma geek cree que ver a Robocop volando por los aires despachándose a los malos con varios gadgets y aditamentos tecnológicos era un aspecto de los más logrados en la imaginería visual del film.

Sin embargo si usted respetable lector ha leído o por lo menos ojeado algún comic de Robocop, sabrá que lo planteado en esta cinta está muy lejos de tener algo de parecido a ese universo lúgubre y mal sano que plantea Frank Miller en sus viñetas. Por otra parte y quizá el elemento que más se adolece es la ausencia del gran Peter Weller, actor que dotaba de humanidad al personaje y que con toda su expresión corporal hacia suyo el personaje. Y es que para quien piense que ponerse un traje y estar detrás de una máscara podría resultar fácil, pues queda claro que no, ejemplos como el Batman de Keaton en comparación a sus predecesores es un muestra clara de eso, pues estos nunca le llegaron ni a los talones, aqui pasa lo mismo, pues el performance de Robert Burke dista mucho del carisma y personalidad que le imprimía Weller, pero lo peor de todo quizá sea el hecho de que también se han diluido los aspectos psicológicos que hacian de Robocop esa figura rica en motivaciones, al tiempo que resultaba fascinante esa lucha interna que se da entre el hombre y la maquina.

Por otra parte los efectos especiales se perciben menos logrados que la original (algo difícil de imaginar si tomamos en cuenta que han pasado cinco años de avances tecnológicos), hasta la armadura de Robocop luce de menos calidad y algo desproporcionada en cuestion anatómica. Empero no todo es malo, si soy muy honesto puedo decir que la cinta se deja ver y entretiene (por supuesto pasando por alto algunas incoherencias en el guión), pues existen ciertos fotogramas que se quedan en la mente, como por ejemplo el rescate de Robocop a su compañera y otros oficiales de policía a manos de unos vándalos en una zona de las más peligrosas de la ciudad (esta secuencia se percibe bien planificada), o por ejemplo también se muestra la vieja comisaria a cargo del Sargento Reed (el siempre carismático Robert Doqui) quien tiene que lidiar con los psicópatas, prostitutas y padrotes que invaden la misma a cada momento del día. Mencion aparte merece John Castle como Paul McDaggett, pues este se percibe como el verdadero villano de la función y se vuelve interesante por el desarrollo psicológico del mismo, en comparación de los demás personajes (incluyendo al propio Robocop como ya explicaba anteriormente). Y  por supuesto lo que si se mantiene es la excelente banda sonora de Basil Poledouris, la cual dota de cierta personalidad al filme.

Por lo demás la historia no deja de ser un compendio de guiños reciclados de la original (acá los spots televisivos se perciben solo como aspectos discursivos de relleno y ya no tiene ese trasfondo intelectual de la primera) y nada más. Así que como experiencia nostálgica el filme resulta pasable y reafirma la interrogante ¿en verdad era necesaria esta secuela?. Solo para fanaticos y completistas del personaje.